Un niño egipcio en brazos de su madre
REUTERS / AMR DALSH
Actualizado: miércoles, 30 agosto 2017 14:46

CAIRO, 30 Ago. (Reuters/EP) -

El Gobierno de Egipto puso en marcha en julio un programa de educación y planificación familiar para las familias que viven en zonas rurales, en un intento por frenar la tasa de crecimiento demográfico que el presidente del país, Abdelfatá al Sisi, considera una amenaza para el desarrollo nacional.

"Los dos grandes peligros que ha tenido Egipto en su historia son el terrorismo y el crecimiento demográfico, cuestiones que han impedido que el país avance", aseguró Al Sisi en una conferencia en julio.

Hosni Mubarak, anterior presidente de Egipto, y su mujer, Suzanne, impulsaron un plan de control de población hace décadas, pero es la primera vez que el Gobierno egipcio lo aplica recurriendo a la preocupación de que la expansión demográfica erosiona la economía.

Egipto es el país con más población del mundo árabe, con 93 millones de personas, y se estima que en 2030 alcanzará los 128 millones si la tasa de fertilidad, de cuatro nacimientos por cada mil mujeres, no se reduce. En 2016 nacieron 2,6 millones de bebés en el país, según registró la agencia estadística CAPMAS.

Ahmed Emad El Din Rady, ministro de Sanidad de Egipto, inauguró en julio una estrategia para reducir la tasa de natalidad hasta un 2,4 y así ahorrar al Gobierno 200.000 millones de libras egipcias (unos 9.500 millones de euros) para 2030.

Rady ha informado de que el programa incluye a 12.000 familias de 18 provincias rurales, en las que existe cierta resistencia al uso de anticonceptivos por la creencia islámica de que es ilegal intentar concebir un número específico de hijos, algo que ha desmentido la universidad egipcia Al Azhar, una importante institución islámica, respaldando el plan del ministro.

El ministro ha impulsado la creación de cerca de 6.000 clínicas de planificación familiar donde las mujeres puede hacerse pruebas de forma gratuita y comprar anticonceptivos a precios muy bajos, dado que están subvencionados, incluyendo preservativos a 0,10 libras egipcias (menos de un céntimo) y dispositivos intrauterinos de cobre a 2 libras egipcias (algo más de 9 céntimos).

"Considerando que vivir se ha vuelto bastante caro y que los precios han aumentado, la gente ha empezado a ser más consciente. Saben que pueden permitirse tener uno o dos hijos, pero no más", ha manifestado Ahlam Saad, una enfermera que trabaja en una de las clínicas creadas por el Gobierno en el Cairo.

"Mi mujer y yo hemos decidido que no queremos tener un bebé. Yo quiero seguir con mis estudios y todavía no estamos preparados", ha comentado Sherin desde la sala de espera de una clínica, en declaraciones a Reuters.

En noviembre de 2016 la inflación en Egipto alcanzó su cifra récord tras liberar el tipo de cambio de su moneda, la libra egipcia, que devaluó fuertemente su valor. Esta caída provocó escasez de medicinas en las farmacias egipcias, lo que generó que la producción o importación de productos como los anticonceptivos fuese poco rentable.

Siguiendo esta línea, con la que el Gobierno quiere reducir el número de importaciones, el ministro ha contratado a Acdima Internacional, una filial de la empresa Industrias de Fármacos y Aplicaciones Médicas, propiedad de la Compañía Árabe, para producir anticonceptivos de hormonas de forma local.

El contrato con la filial ahorra millones de dólares al Gobierno y cubre un 65 por ciento de la demanda local, ha dicho Tarek Abulela, director de Acdima Internacional, que ha añadido que el resto se exporta por toda la región.

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