El Gobierno rechaza el ejecutivo aprobado por la Cámara de Representantes, que devuelve a Libia a la bicefalia

Archivo - El primer ministro del Gobierno de unidad de Libia, Abdul Hamid Dbeibé
Archivo - El primer ministro del Gobierno de unidad de Libia, Abdul Hamid Dbeibé - Fabio Frustaci/POOL/LaPresse via / DPA - Archivo
Publicado: miércoles, 2 marzo 2022 13:17

La moción de confianza al gobierno de Bashaga supone un varapalo al proceso de reunificación administrativa tras la guerra

MADRID, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Gobierno de unidad de Libia ha rechazado con firmeza la decisión de la Cámara de Representantes de aprobar el gobierno presentado por el exministro del Interior Fazi Bashaga, elegido por el propio organismo como nuevo primer ministro, lo que sume de nuevo al país en la bicefalia administrativa y supone un varapalo para los esfuerzos para poner fin al conflicto.

El Ejecutivo liderado por Abdul Hamid Dbeibé ha acusado al organismo legislativo, con sede en el este del país, de ser parte del problema en la crisis política y ha reiterado que el primer ministro seguirá en el cargo para poner en marcha su nueva 'hoja de ruta', que contempla la celebración de legislativas en junio de 2022.

Así, ha apuntado que el Gobierno de unidad "sigue intentando llevar a cabo sus tareas, promocionar la estabilidad y preparar la celebración de elecciones lo antes posible para mejorar las condiciones de vida de los libios dando servicios a todos, sin discriminación", antes de acusar al presidente de la Cámara de Representantes, Aguila Salé, de "seguir alterando la seguridad y la estabilidad de los libios, amenazando su estabilidad y privándoles de su derecho inherente a elegir quiénes les representan en elecciones libres y justas".

En este sentido, ha tildado el "acto absurdo" de dar por finalizado el mandato de Dbeibé por el aplazamiento de las presidenciales del 24 de diciembre y elegir a un nuevo primer ministro, antes de incidir en que la moción de confianza fue sacada adelante "con falsificaciones y sin seguir los procedimientos y regulaciones internos" de la Cámara de Representantes.

En dicho comunicado, recogido por el diario 'The Libya Herald', ha incidido en que la decisión "revierte lo que se acordó en el acuerdo político en Ginebra", con unas "acciones que exceden sus competencias según la Declaración Constitucional (de 2011, aprobada tras la caída del régimen de Muamar Gadafi), que dice claramente que la Cámara de Representantes no tiene derecho a elegir al jefe del Ejecutivo".

Por ello, ha lamentado que Salé "insistiera en continuar puenteando la Declaración Constitucional y preparara una nueva farsa para elegir a un nuevo primer ministro, sin quórum, para luego darle la confianza a una formación de gobierno en otra falsa que no sólo no contó con el quórum, sino que fue víctima de una falsificación de los votos contados al incluir los de miembros que no estuvieron en la sesión".

Asimismo, ha señalado que "se supone que la Cámara de Representantes debe ser leal a la Constitución" y ha incidido en que "sigue siendo parte del problema, en lugar de la solución", al tiempo que ha argüido que "sigue siendo el mayor violador de las normas constitucionales y la causa de la miseria en la que viven los libios".

En esta línea, ha criticado la "postura fraudulenta" y "el caos" generado por la decisión de aplazar las elecciones y ha recordado que a ello contribuyó la Cámara de Representantes al aprobar de forma unilateral una ley electoral rechazada por el Alto Consejo de Estado, con sede en la capital, Trípoli.

Por otra parte, ha hecho hincapié en que impedirá cualquier toma de los edificios oficiales por parte de la nueva administración y ha explicado que "considerará cualquier intento de tomar su sede como un ataque". "Los que se atrevan a acercarse a las instituciones gubernamentales o afectar la estabilidad tendrán que rendir cuentas", ha advertido.

En esta línea se ha expresado el Alto Consejo de Estado, que ha rechazado la decisión "unilateral" de la Cámara de Representantes, según 'The Libya Observer'.

Por su parte, Naciones Unidas ha destacado que la enviada especial del organismo, Stephanie Williams, sigue en contacto con las partes y ha agregado que "vigila muy cerca los acontecimientos, que se desarrollan bastante rápido en Libia".

"Subrayamos la necesidad de garantizar que los procesos y decisiones son transparentes y se ciñen a las normas y acuerdos establecidos", ha dicho el portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, quien ha abogado además por "respetar la propiedad del proceso legislativo por parte de las instituciones libias".

"Una vez más, reiteramos la importancia de mantener la calma y la estabilidad que se ha logrado desde la firma del acuerdo de alto el fuego en octubre de 2020. Creo que merece la pena repetirlo y creo que, como hemos dicho en el país, ha tenido un impacto positivo sobre la situación humanitaria", ha resaltado.

Por ello, Dujarric ha pedido "a todos los actores" que "eviten cualquier incitación a la violencia, el discurso del odio y la desinformación", en un momento en el que el acuerdo político alcanzado tras el Foro de Diálogo Político de Libia (LDPF) se ve cuestionado por las últimas decisiones de la Cámara de Representantes.

VUELTA A LA BICEFALIA

De esta forma, la decisión del organismo legislativo de aprobar el gobierno de Bashaga lleva al país de vuelta a una situación de administraciones paralelas similar a la existente antes del acuerdo alcanzado en 2021 meses después de que se firmara un alto el fuego para poner fin al conflicto.

Dbeibé fue elegido como primer ministro por el LPDF en febrero de 2021, una decisión en la que el foro seleccionó además a Mohamad Yunes Menfi como presidente del Consejo Presidencia, integrado además por Mosa al Koni y Abdulá Husein al Lafi como vicepresidentes. Cada uno de ellos representa a una de las tres regiones del país.

Así, Dbeibé sustituyó al hasta entonces primer ministro de unidad, Fayez Serraj, quien aceptó ceder sus competencias tras el proceso de consultas, iniciado después de un acuerdo de alto el fuego después de que las autoridades de Trípoli rechazaran la ofensiva militar lanzada en abril de 2019 por el general Jalifa Haftar, alineado con las autoridades asentadas en el este.

La ofensiva, que se extendió durante más de un año, fue repelida finalmente gracias al apoyo militar de Turquía, mientras que Haftar contó con el respaldo de Egipto, Rusia y Emiratos Árabes Unidos (EAU), entre otros países.

De esta forma, la toma de posesión de Dbeibé puso fin a la situación de duplicidad institucional generada tras las parlamentarias de 2014. El Gobierno de unidad de Serraj fue creado por un acuerdo político en 2015, si bien el mismo no se concretó por diferencias entre las partes, que finalmente llevaron a la bicefalia.

En este caso, la duplicidad deriva de la crisis generada por el aplazamiento de las presidenciales, de las que se esperaba que sugieran unas autoridades que continuaran con la consolidación de la paz tras el conflicto, continuado en el país con distintos niveles de intensidad desde 2011.

El aplazamiento electoral, achacado a problemas de seguridad y a las trabas judiciales tras los numerosos recursos presentados a la exclusión de diversas candidaturas a la Presidencia --incluidas las de Haftar, Salé, Dbeibé y Saif al Islam, hijo de Gadafi--, sumió al país en la incertidumbre, especialmente debido a que no se anunció una nueva fecha para la celebración de la votación.

A pesar de que la Cámara de Representantes dijo que crearía un comité para establecer una 'hoja de ruta' en coordinación con el Alto Consejo de Estado, las grietas surgieron rápidamente y finalmente el organismo legislativo apostó por nombrar a un nuevo primer ministro tras decir que daba por concluido el mandato de Dbeibé.

Sin embargo, tanto Dbeibé como la comunidad internacional han recordado que su mandato rige hasta la celebración de elecciones. Asimismo, Dbeibé presentó la semana pasada una nueva 'hoja de ruta' que contempla un referéndum constitucional y unas parlamentarias en junio para sacar al país de esta nueva crisis, que amenaza con derivar nuevamente en combates debido a las diversas alianzas de milicias con las partes enfrentadas.

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