Los medios chinos tendrán que recibir la aprobación del Gobierno antes de publicar artículos críticos

Actualizado: miércoles, 18 junio 2014 13:53

PEKÍN, 18 Jun. (Reuters/EP) -

La Administración Estatal de la Prensa, Publicación, Radio, Cine y Televisión de China ha prohibido a los periodistas publicar artículos críticos sin la aprobación del organismo. Esta ley forma parte de las duras medidas contra la libertad de expresión tanto en los medios 'online' como en los tradicionales que ha tomado el Gobierno chino.

Según esta organización, la ley pretende acabar con las noticias falsas y castigar a los periodistas que reciben sobornos o extorsión por parte de sus fuentes. Además, prohíbe a los periodistas realizar entrevistas o escribir artículos fuera de los temas asignados para su cobertura.

La normativa obliga a las agencias de noticias a tomar medidas contra la corrupción y a solicitar regularmente las opiniones de "las masas", así como propaganda de las autoridades y de otros reguladores de medios. Por su parte, los periodistas no podrán abrir sus propias web, páginas de vídeo o escribir artículos internos con contenido crítico. Sin embargo, la ley no especifica qué constituye contenido crítico o qué temas particulares no pueden abordar los periodistas. Aquellos que se salten esta norma serán puestos a disposición judicial y perderán su licencia para informar.

La nota publicada por este organismo enumera varios escándalos en los que los periodistas de varios periódicos chinos han aceptado sobornos por coberturas o han obligado a personas a pagarles para evitar una historia crítica para justificar esta regulación.

China ha adoptado duras medidas para acabar con los rumores que se extendieron en Internet el año pasado, pero según los opositores es simplemente una medida contra las críticas al Partido Comunista, que ha relajado el discurso político.

Los medios en China están fuertemente censurados y las organizaciones de medios necesitan obtener licencias del Gobierno antes de publicar. Los medios del Estado han actuado como altavoz de la propaganda del Estado, aunque las reformas de la última década han permitido una gran comercialización y ligeros cambios en la independencia editorial.