BERLÍN, 25 Ago. (Reuters/EP) -
La canciller de Alemania, Angela Merkel, ha sostenido este domingo que la decisión de Berlín de enviar armas a los peshmerga, el Ejército de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí, es una decisión "importante" y tomada "tras muchas consideraciones".
La canciller ha defendido que la situación en el norte de Irak es excepcional debido a que "los milicianos del Estado Islámico están llevando a cabo un genocidio ante la mirada de todos". "Si nos preguntan no podemos decir que no daremos armas y municiones", ha agregado.
En este sentido, ha resaltado que Alemania "ha analizado esta situación de forma exhaustiva". "No hay una garantía al cien por cien, pero sólo tenemos dos opciones. Las razones para actuar prevalecen", ha dicho.
Así, Merkel ha considerado la decisión con otros "pasos cualitativos" desde la reunificación del país en 1990, incluyendo aquellos dados en la antigua Yugoslavia y en Afganistán.
El Gobierno de Alemania anunció el miércoles que está ya "preparado" para seguir los pasos de otros países y enviar armamento a las fuerzas kurdas que combaten en el norte de Irak con los milicianos del grupo yihadista Estado Islámico.
El ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, confirmó el envío inmediato de equipos militares como cascos o chalecos antibalas y avanzó la entrega de "más equipos, incluidas armas".
El avance del Estado Islámico --anteriormente conocido como Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS)-- en el norte de Irak ha alarmado al Gobierno de la capital y a los aliados occidentales, lo que ha provocado el lanzamiento de decenas de ataques aéreos por parte de Estados Unidos con el objetivo de frenar el avance de los milicianos y acabar con el grupo.
El Estado Islámico es una organización yihadista nacida en Irak y relacionada --aunque no vinculada-- con la red terrorista Al Qaeda. Con la sublevación en 2011 contra el régimen del presidente sirio, Bashar al Assad, el grupo penetró en Siria y desde allí ha lanzado en las últimas semanas una ofensiva que le ha permitido hacerse con el control del norte y el oeste de Irak.
El ISIS proclamó a finales de junio el Califato Islámico y nombró califa a su líder, Abú Bakr al Baghdadi. La nueva organización se declara Estado independiente y reclama que todos los musulmanes del mundo le juren fidelidad.
Desde entonces, ha lanzado numerosas campañas de venganza contra la comunidad chií y otras comunidades minoritarias de las zonas que controla, como la cristiana y la yazidí, ejecutando a miles de personas y destruyendo numerosos lugares de culto.
