TRÍPOLI, 24 Abr. (Reuters/EP) -
Migrantes y refugiados se han negado a abandonar el centro de detención de Tajoura, un suburbio de Trípoli, que ha abierto sus puertas esta semana, porque temen ser alcanzados por los combates entre las fuerzas del mariscal de campo Jalifa Haftar y el Gobierno de unidad nacional de Libia.
A principio de abril, Haftar comenzó el avance hacia Trípoli con la intención declarada de derrocar al Gobierno encabezado por Fayez Serraj, el único reconocido por la comunidad internacional. Según Naciones Unidas, más de 3.600 migrantes y refugiados quedaron atrapados por el fuego cruzado en la capital libia.
Las autoridades libias y la ONU lograron evacuar algunos centros de detención de Trípoli para trasladar a los migrantes y refugiados a lugares seguros. Otros han permanecido operativos a pesar de las dificultades.
El director del centro de Tajoura, Nour Eldine Qarilti, ha abierto las puertas para dejar salir a sus inquilinos, obteniendo una sorprendente respuesta. "No queremos irnos, no tenemos ningún sitio al que ir", ha dicho un joven de 20 años identificado como Dadoud.
En Tajoura sus 550 migrantes y refugiados sobrevivían con un plato de pasta al día, dos en los mejores días, pero los suministros dejaron de llegar con el estallido de los combates.
"No hemos recibido ninguna ayuda de las organizaciones internacionales", se ha quejado Qarilti. "Algunas ONG locales todavía nos ayudan con necesidades básicas, pero no es suficiente", ha indicado.
Los habitantes del centro de Tajoura temen tener que vagar por las calles en medio de los combates. El martes, doce migrantes resultaron heridos en in tiroteo ocurrido en un distrito en disputa.
De acuerdo con Naciones Unidas, Libia acoge a más de 700.000 personas que han dejado atrás sus países de origen y que, en su mayoría, aguardan el momento para dar el salto a Europa.