NUEVA YORK, 18 Jun. (Reuters/EP) -
La vicecoordinadora de Ayuda de Emergencia de Naciones Unidas, Kang Kyung Wha, ha afirmado este martes que durante su visita de la semana pasada a los campamentos de desplazados de la región birmana de Rajine --en los que se encuentran decenas de miles de musulmanes desplazados por los ataques por parte de budistas-- vio "un nivel de sufrimiento humano que no había visto hasta entonces".
"En Rajine vi un nivel de sufrimiento en los campamentos de desplazados internos que, personalmente, no había visto hasta ahora, con hombres, mujeres y niños viviendo en unas condiciones lamentables y con restricciones a su libertad de movimiento, tanto en los campamentos como en las ciudades", ha dicho.
"Mucha gente tiene un acceso totalmente inadecuado a los servicios básicos, incluyendo sanidad, educación, agua y medicamentos", ha agregado, tras su viaje a los estados de Rajine y Kachin, escenario de enfrentamientos desde junio de 2011.
Kang ha subrayado que la seguridad del personal de la ONU y de los trabajadores de ONG internacionales está en riesgo a menos que las autoridades birmanas garanticen que los responsables de los ataques ejecutados contra estos organismos durante el mes de marzo son llevados ante la justicia.
El Gobierno birmano expulsó en febrero a la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), la principal ONG que operaba en Rajine, y los ataques de marzo provocaron la retirada de muchos otros grupos, desatando una crisis sanitaria en los campamentos que las autoridades han negado.
"Los trabajadores humanitarios de Rajine están realizando su trabajo en circunstancias extremadamente difíciles y me sentí muy humilde al ver su compromiso con permanecer (sobre el terreno) y continuar trabajando", ha valorado Kang.
Desde junio de 2012 se han sucedido numerosos episodios de violencia protagonizados por budistas birmanos contra musulmanes rohingya, que han provocado que decenas de miles de personas hayan tenido que huir de sus viviendas.
El Gobierno de Birmania describe a los rohingya como bengalíes, una palabra que implica que son inmigrantes ilegales llegados desde Bangladesh. La ONU ha alertado en numerosas ocasiones de que la violencia contra esta minoría supone una amenaza para el proceso democrático, en un momento en el que el país intenta salir de 50 años de gobierno militar.
