Actualizado: jueves, 7 enero 2016 18:59

ANKARA, 7 Ene. (Reuters/EP) -

El parlamentario prokurdo Sirri Sureyya Onder ha advertido este jueves que el aislamiento carcelario del líder del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), Abdulá Ocalan, es "una invitación de guerra" por parte del Gobierno de Turquía tras la ruptura del proceso de paz.

"Aislar a Ocalan, aumentando la preocupación entre las personas sobre su vida, su seguridad y sus condiciones sanitarias, equivale a una invitación de guerra", ha asegurado Onder, que también era el portavoz de la delegación que visitaba a Ocalan antes de que el proceso de paz entre el Ejecutivo Turquía y el PKK se rompiera.

"El camino para evitar esto es claro... Deben permitir a Ocalan hablar con sus abogados, con nosotros y con su familia", ha afirmado, en una rueda de prensa en Ankara. El parlamentario ha añadido que dos presos que fueron enviados a prisión junto a Ocalan para finalizar allí su aislamiento fueron trasladados hace dos semanas a otra cárcel.

Ocalan fue detenido en Kenia el 15 de febrero de 1999 en una operación que contó con la colaboración clave de los servicios secretos israelíes. Fue entregado a Turquía y condenado a muerte por traición y separatismo en un primer momento y, posteriormente, su condena se conmutó por una cadena perpetua. Ocalan está preso en la isla de Imrali, en el mar de Mármara, en un centro penitenciario en el que es el único interno.

El líder del PKK no ha recibido la visita ni de sus abogados ni de ningún miembro de la delegación del partido, tal y como ha indicado su hermano Osman Abdulá. Además, ha expresado su preocupación por su estado de salud mientras permanece en prisión.

El sureste de Turquía, de mayoría kurda, está viviendo uno de los peores episodios de violencia desde la década de los 90 después de que un alto el fuego de dos años entre el PKK y el Gobierno de Turquía se rompiera en julio de 2015.

UN PROCESO DE PAZ "CONGELADO"

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, inició las conversaciones de paz con Ocalan en 2012 con la intención de acabar con el conflicto con el PKK, en el que han muerto alrededor de 40.000 personas.

Erdogan ha afirmado que el proceso de paz en estos momentos está "congelado" y que varios parlamentarios y alcaldes del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) se han comportado como terroristas, por lo que ha pedido que se actúe de forma legal contra ellos. Por su parte, el HDP ha asegurado que se opone a la violencia y que quiere que se llegue a una solución política para resolver el conflicto entre Turquía y el PKK.

Los combates se han intensificado en los últimos días desde que hace cuatro semanas Turquía iniciara una campaña militar en la zona. Los ciudadanos han asegurado que las operaciones armadas son indiscriminadas y que los toques de queda han provocado que los enfermos no puedan ser trasladados a los hospitales.

Erdogan ha afirmado que más de 3.100 milicianos del PKK y 300 miembros de las fuerzas de seguridad turcas han muerto en las operaciones. Las autoridades turcas han subrayado que la campaña militar tiene como objetivo a los milicianos del PKK y no a los civiles de la zona.

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