LISBOA, 18 Feb. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Patrícia Ferro) -
Los siete gallegos, seis hombres y una mujer, detenidos ayer en el Algarve, al sur de Portugal, con 8 toneladas de cocaína han sido trasladados a Lisboa y se encuentran a disposición judicial. Esta tarde se espera que declaren ante el juez que después tomará las medidas cautelares, confirmaron a Europa Press fuentes policiales.
La operación 'Alma lusa' iniciada el pasado miércoles culminó ayer viernes, con la detención de estos siete ciudadanos españoles de entre 30 y 55 años en las localidades de Silves y Lagoa, en el Algarve, y en Grandola, en la costa Alentejana. Las ocho toneladas de cocaína estaban en 336 fardos de entre 23 y 25 kilos cada uno que estaban repartidos entre un trailer, un coche y un almacén. Cien fardos estaban escondidos entre productos agrícolas en el interior de un camión que circulaba en la autopista A2 (Algarve-Lisboa) escoltado por un coche que fue interceptado cerca de Grandola. El resto de la droga estaba en un almacén en Silves (234 fardos) y en un coche (dos fardos) que circulaba en la Vía do Infante, por la zona de Lagoa, y en un almacén localizado en Silves.
El director general de la Policía Judicial, Santos Cabral, explicó que esta operación fue la segunda más importante realizada en Europa en los últimos diez años. En su opinión los detenidos pertenecen a una organización de distribución internacional de cocaína, proveniente de un país de Latino América todavía sin determinar, y con gran capacidad financiera ya que la droga incautada cuesta como mínimo 280 millones de euros, argumentó.
El destino de la cocaína, según el director de la PJ, era España y otros países europeos y todo indica que llegó a Portugal por vía marítima ya que algunos fardos presentaban indicios de haber estado en contacto con el agua salada.
La operación se inició tras las sospechas levantadas por un intenso movimiento de vehículos con matrícula española en la región del Algarve que llevó a movilizar a más de 50 agentes en labores de vigilancia. Durante la detención los siete españoles no se resistieron a las autoridades y no estaban armados. Posteriormente tampoco fue encontrada ningún arma, ni en los vehículos ni en el almacén
