Actualizado: jueves, 26 mayo 2016 19:28

EDIMBURGO, 26 May. (Reuters/EP) -

Una familia australiana que llegó a Escocia hace cuatro años siguiendo una campaña que buscaba atraer gente a las zonas rurales se enfrenta ahora a la posibilidad de ser deportada a causa de las leyes migratorias británicas, que cambiaron tras su llegada.

Kathryn y Gregg Brain llegaron en 2011 a Escocia con su hijo Lachlan, quien incluso ya ha aprendido gaélico en la escuela. Vinieron respaldados por un plan del Gobierno británico que buscaba aumentar la población en las Tierras Altas de Escocia. "Si nosotros no somos una familia ejemplar para la migración exitosa, no se quién lo sería", ha dicho Gregg Brain, de 48 años y experto en salud y seguridad.

Uno de los temas clave que se abordan en el debate sobre la continuidad de Reino Unido en la Unión Europea, que se celebrará el 23 de junio, es la cuestión de los inmigrantes que llegan al país buscando trabajo y cómo deben beneficiarse del sistema de bienestar británico.

En este aspecto, la realidad de Inglaterra contrasta con la de Escocia ya que los ingleses se muestran propensos a iniciar las deportaciones mientras que Escocia necesita inmigrantes para paliar los efectos de una población menguante.

"La ministra de Interior, Theresa May, ha dicho que no tiene problema en acoger a los inmigrantes que pueden adaptarse lingüística y culturalmente", ha dicho Gregg Brain. "Nosotros por nuestro lado también estamos aceptando vivir en una zona poco poblada y económicamente deprimida", ha añadido.

Pero la legislación con la que llegaron ha cambiado y ahora necesitan un nuevo tipo de visado para poder quedarse en el país, una medida que ha enfrentado al Gobierno nacionalista escocés contra y al ejecutivo nacional establecido en Londres.

"El Gobierno ha cambiado las reglas antes de que esta gente pudiera beneficiarse. El hijo de la pareja ahora habla gaélico y es escocés a todos los efectos", ha declarado la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, tras reunirse con los Brain.

Reino Unido está recibiendo a muchos inmigrantes, 333.000 el año pasado, y este es un tema que está provocando mucha oposición contra la Unión Europea.

"El Gobierno británico está intentando regular la inmigración pero con estas leyes lo que está haciendo es alienando y deportando a la gente que posee el talento y las habilidades que necesitamos en Escocia", ha comentado una diputada del Partido Nacionalista Escocés, Kate Forbes.

Kathryn Brain llegó a Escocia con un visado de estudiante y acaba de terminar sus estudios en historia escocesa, además, le han ofrecido un trabajo en una destilería local pero no lo ha podido aceptar hasta que su estado se clarifique.

Un miembro del Ministerio de Interior, James Brokernshire, ha informado de que la familia puede solicitar un nuevo visado y que se reuniría con el diputado local que sacó este caso a la luz. "Podemos asegurar que la familia no tiene que enfrentarse a ningún riesgo de deportación inminente", ha declarado. Por otro lado Gregg Brain lo tiene claro: "Siempre fue un sueño vivir en Escocia y haremos todo lo que sea necesario".

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