BAGDAD 23 Sep. (Reuters/EP) -
El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, ha relevado a dos veteranos generales en el marco de una reestructuración de las Fuerzas Armadas que este verano se desmoronaron ante el avance de los insurgentes del Estado Islámico, que tomaron amplias zonas del norte y el oeste de Irak.
Los dos comandantes habían sido estrechos aliados del predecesor de Abadi, Nuri al Maliki, un chií al que muchos acusan de haber alienado con su gobierno a los suníes del país y facilitado la emergencia de la insurgencia ultrarradical suní.
La decisión de Abadi de apartar a dos generales se produce tras el asalto durante el fin de semana por parte del Estado Islámico contra una base militar del Ejército en Saqlawiya, en la provincia occidental de Anbar, en el que habrían muerto o habrían sido capturados entre 400 y 600 soldados.
La televisión estatal ha anunciado que el general Abboud Qanbar, el secretario general en funciones del Ministerio de Defensa, y el general Ali Ghaidan, antiguo comandante de las fuerzas terrestres del Ejército, han sido jubilados.
"Ambos hombres han sido jubilados. Están acabados", ha indicado un alto responsable de seguridad, que ha pedido mantener el anonimato. Qanbar y Ghaidan, que son chiíes, eran de los principales comandantes operativos de Irak.
Ghaidan fue apartado este verano después de que el Estado Islámico se hizo con el control de Mosul en junio, pero posteriormente volvió a ocupar su cargo.
La oficina de prensa de Al Abadi también ha anunciado que se están realizando cambios a la oficina del comandante el jefe, la controvertida oficina militar creada por Al Maliki. El responsable de seguridad ha dicho que espera que altos cargos de la oficina sean despedidos o reasignados.
Al Maliki usó la oficina de comandante en jefe para dirigir personalmente los movimientos de tropas y designar comandantes. Al Abadi, también chií aunque considerado como más conciliador que Al Maliki, ha prometido reformas en las Fuerzas Armadas tras los avances del Estado Islámico.