Rusia "estudia" la misión internacional conjunta propuesta por la Liga Árabe

Actualizado: lunes, 13 febrero 2012 12:37

MOSCÚ, 13 Feb. (Reuters/EP) -

   El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, ha informado este lunes de que su Gobierno está "estudiando" la propuesta de la Liga Árabe para la creación de una fuerza de paz conjunta de Naciones Unidas y de la propia Liga para atajar la represión del régimen del presidente sirio, Bashar Al Assad.

   En rueda de prensa, Lavrov ha explicado en Moscú que el Gobierno ha pedido más detalles sobre la posible misión y ha reclamado un alto el fuego como condición necesaria para su creación. Asimismo, ha reiterado que la presión internacional para el fin de la violencia debe centrarse tanto en la oposición como en el Gobierno.

   "Estamos estudiando esta iniciativa y contamos con que nuestros amigos de la Liga Árabe nos aclaren algunos de sus puntos", ha declarado después de reunirse con su homólogo de Emiratos Árabes Unidos, Abdulá bin Zayed al Nahyanin.

   La Liga Árabe, que suspendió su misión de observación en Siria, pidió este domingo al Consejo de Seguridad de la ONU que envíe una fuerza de paz a este país e instó a los Estados miembros de la organización a romper sus relaciones diplomáticas con Damasco.

   El ministro ruso ha subrayado que para desplegar una misión de mantenimiento de la paz, "primero debe haber paz" y además se necesita la "aprobación" de las autoridades del país donde se despliega. En este contexto, ha sugerido que los detractores de Al Assad no están dispuestos a poner fin a la violencia y que en la situación actual no hay ningún mecanismo que pueda facilitar una paz temporal.

   "En otras palabras, es necesario acordar algo así como un alto el fuego, pero la tragedia es que los grupos armados que están luchando contra las fuerzas del régimen no están subordinadas a nadie y no están controladas", ha señalado.

   En este sentido, Lavrov ha destacado que cualquier llamamiento al fin de la violencia "debe ser universal", es decir, que debe estar dirigido tanto a las fuerzas gubernamentales como a los grupos opositores armados.

   Moscú, gran aliado del Gobierno sirio, ha utilizado en dos ocasiones su poder de veto en el Consejo de Seguridad para impedir la aprobación de resoluciones sobre Siria porque cree que éstas podrían haber abierto la puerta a una intervención militar extranjera, como ocurrió en el caso de Libia.

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