Save the Children: "El colapso económico es el asesino silencioso de Yemen"

Niños desplazados en Yemen
REUTERS / ABDULJABBAR ZEYAD
Actualizado: jueves, 25 octubre 2018 11:03

MADRID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -

Los niños y niñas de Yemen están muriendo de causas totalmente prevenibles como consecuencia de una economía en quiebra y del colapso de la moneda nacional, que han provocado que el precio de los alimentos básicos como la harina, el arroz, la sal, el azúcar y el aceite prácticamente se haya duplicado desde que estalló el conflicto en marzo de 2015, ha alertado Save the Children.

El rial, la moneda local, ha caído al valor más bajo de su historia y el dólar ha pasado de cambiarse por 215 riales al inicio del conflicto a 727 riales en octubre, lo que supone un aumento del 238 por ciento, ha subrayado la ONG.

Como resultado de esta inflación masiva, ha añadido, el coste de las materias primas esenciales tales como alimentos, agua, electricidad, combustible y medicinas está aumentado y son muchas las familias que no se pueden permitir adquirirlas.

Desde que la guerra se intensificó, ha incidido Save the Children, el ingreso anual promedio en Yemen se ha reducido a la mitad, de 3.547 dólares en 2014 a 1.239 dólares en 2017, es decir, 3,39 dólares al día por persona. El resultado ha sido un aumento drástico de la pobreza hasta el pundo de que más de la mitad de la población vive bajo la línea internacional de la pobreza.

A esta situación se suma el hecho de que el funcionariado público constituye casi un tercio del total de trabajadores en activo del país y estos llevan meses, y en algunos casos hasta año, sin haber cobrado sus sueldos.

Los salarios del sector público no se han pagado en meses, en algunos casos años. El funcionariado público supone casi un tercio del total de los trabajadores en activo en el país, hecho que conlleva que miles de padres y madres no pueden alimentar a sus familias por más tiempo. La ONU ha advertido de que 13 millones de personas se enfrentan a la inanición si la situación en Yemen no mejora rápidamente.

"No hay gasolina y, si lo hay, a veces el precio supera mi salario diario, por lo que no puedo cubrir el costo del transporte para mi familia", explica a Save the Children el médico de una clínica apoyada por la ONG en Saada.

"Tengo dificultades para conseguir lo que mi familia necesita debido a que los precios suben y los productos y alimentos que necesitamos a menudo no están disponibles", lamenta, subrayando que no siempre logra "conseguir alimentos nutritivos y a menudo mis hijos no cuentan con ropa ni juguetes adecuados".

"El colapso económico es el asesino silencioso de Yemen", defiende por su parte la directora de Save the Children en Yemen, Tamer Kirolos. Según explica, las familias yemeníes han contado al personal de la ONG que "se saltan las comidas o que pasan dos días sin comer para darles lo poco que tienen a sus hijos e hijas".

"Muchas madres y padres dicen que solo pueden pagar el pan y el té y no pueden recordar la última vez que comieron carne o pescado. La situación económica está empeorando, el dinero vale menos y las personas no reciben sus salarios", denuncia la responsable de Save the Children.

La denuncia de la ONG se produce después de que este martes el secretario adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock, alertara de que más de la mitad de la población yemení, unas 14 millones de personas, se encuentran al borde de la hambruna. Según las estimaciones de las agencias humanitarias cerca de 130 niños mueren al día debido al hambre, lo que sitúa la cifra en cerca de 50.000 en un año, si bien se teme que muchas de las muertes no se contabilicen.

Así las cosas, Save the Children ha instado a todas las partes en el conflicto a que acuerden un cese de las hostilidades, un alto el fuego integral y a que cooperen con la ONU para participar activamente en el proceso de paz sin condiciones previas.

Asimismo, les ha reclamado que permitan el acceso completo e incondicional de bienes humanitarios y comerciales a Yemen para ayudar a reducir la inflación.