UNICEF expresa su "consternación y espanto" por la muerte de tres niños en un atentado en Siria

MADRID, 12 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha mostrado este viernes su "consternación y espanto" por la muerte de tres niños en un atentado con coche bomba perpetrado el jueves en la ciudad siria de Afrin (norte), que se saldó con un total de doce fallecidos.

El director regional del organismo para Oriente Próximo y Norte de África, Geert Cappelaere, ha destacado que "este ataque llega en plena intensificación de la violencia en varias partes del país, asolado por la guerra".

"En los últimos días hemos recibido informaciones de que más niños han sido asesinados durante los combates en la provincia de Idlib, en el noroeste del país. Otros tres niños murieron debido a la explosión de una mina en Damasco Rural", ha lamentado.

Así, ha denunciado que "más de 140 niños han muerto" en lo que va de año y ha alertado de que "las cifras siguen aumentando rápidamente". "Los niños son asesinados en Siria cada día. En Siria, la guerra contra los niños está lejos de terminar", ha manifestado.

Cappelaere ha apuntado que el atentado en Afrin tuvo lugar a menos de cien metros de una escuela apoyada por UNICEF, que sufrió daños "significativos".

"Afortunadamente no se produjeron víctimas allí, pero los niños entraron en pánico y 'shock' debido a la fuerte detonación, que rompió las ventanas y puertas", ha relatado.

En este sentido, ha explicado que "una de cada cuatro escuelas ya no puede utilizarse debido a la guerra" y ha añadido que 2018 fue el año con mayor número de ataques contra instalaciones y personal educativo desde el inicio de la guerra en 2011.

"Los niños no son un objetivo. Las escuelas y el personal educativo no son un objetivo. Matar a niños es una grave violación. Quienes lo hacen deben rendir cuentas", ha dicho. "Todo el mundo está perdiendo en esta guerra que comenzó hace ocho años. Pero quienes más pierden son los niños de Siria", ha zanjado.

La localidad de Afrin está en manos de grupos rebeldes apoyados por Turquía. El Ejército turco y los estos grupos lanzaron una ofensiva bautizada 'Operación Rama de Olivo' el 20 de enero de 2018 en Afrin, un enclave predominantemente kurdo, tomándolo en marzo de ese año.