Vaticano.- El Papa espera que también los cristianos sean respetados en los países de mayoría islámica

Actualizado: lunes, 15 mayo 2006 18:05

ROMA, 15 May. (de la corresponsal de EUROPA PRESS C. Giles) -

El Papa Benedicto XVI afirmó que espera que también los cristianos reciban respeto por su dignidad religiosa en los países de mayoría islámico, en su discurso dirigido a los participantes en la plenaria del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Migrantes e Itinerantes, a los que hoy recibió en audiencia.

"Los cristianos deben abrir el corazón especialmente a los pequeños y a los pobres, en los que Cristo mismo está presente de modo singular. Obviamente, es deseable que los cristianos que emigran a países de mayoría islámica, encuentren acogida y se respete su identidad religiosa", señaló el Sumo Pontífice.

Durante su discurso a los participantes en la sesión plenaria del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, que están tratando el tema 'Migración y movilidad desde y hacia los países de mayoría islámica', el Papa destacó que la movilidad que "concierne a los países islámicos merece una reflexión específica, no sólo por la relevancia cuantitativa del fenómeno, sino sobre todo porque la islámica es una identidad característica, tanto bajo el perfil religioso como el cultural"

El Pontífice también añadió que la Iglesia católica es consciente de que "el diálogo interreligioso forma parte de su compromiso al servicio de la humanidad en el mundo contemporáneo".

"Vivimos en tiempos en los que los cristianos están llamados a cultivar un estilo de diálogo abierto sobre el problema religioso, sin renunciar a presentar a los interlocutores la propuesta cristiana, coherentemente con nuestra propia identidad", añadió.

Tras poner de relieve la importancia de la reciprocidad en el diálogo, Benedicto XVI elogió los esfuerzos que se están haciendo en tantas comunidades para "tejer con los inmigrantes relaciones de conocimiento mutuo y de estima, que son más útiles que nunca para superar prejuicios y cerrazones mentales".

Además, el Papa agregó que "los creyentes están llamados a abrir sus brazos y su corazón a cada persona, con independencia del país de procedencia, dejando a las autoridades responsables de la vida pública que establezcan las leyes que consideren oportunas para una sana convivencia".