Ocultaba en su zona genital 83,8 gramos de hachís, 8,2 gramos de heroína en roca, 2 gramos de heroína en dosis y 57 píldoras de Trankimazin
LOGROÑO, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un varón de 56 años, residente en Tarazona (Zaragoza), fue sorprendido cuando intentaba introducir diversas sustancias estupefacientes en el Centro Penitenciario de Logroño, al que acudía para mantener una visita vis a vis con familiares presos.
El implicado, que cuenta con un amplio historial delictivo -25 delitos, 16 infracciones y 19 detenciones-, se enfrenta ahora a un presunto delito contra la salud pública por tráfico de drogas.
Días atrás, en virtud del acuerdo de colaboración existente entre Instituciones Penitenciarias y la Guardia Civil, se estableció un dispositivo de prevención del tráfico de drogas en el centro penitenciario, consistente en la identificación y el registro selectivo de las personas que realizan visitas íntimas de convivencia.
Antes de pasar los respectivos filtros y controles, funcionarios de la prisión y agentes del Servicio Cinológico y del Núcleo de Servicios informaron a todos los visitantes de que "la introducción de cualquier tipo de sustancia tóxica o estupefaciente en un centro penitenciario se califica como delito".
Durante el desarrollo de estas actuaciones, "Dora", una ejemplar hembra de pastor alemán adiestrada en la detección de drogas, marcó a un varón como portador de sustancias estupefacientes ocultas en sus partes íntimas.
Este hecho motivó su traslado a un lugar habilitado para un cacheo superficial, que fue realizado por un funcionario. Durante el mismo, se descubrió que el hombre ocultaba en sus genitales varios paquetes introducidos en profilácticos, con el fin de evitar la emanación de olores y despistar a los perros detectores.
En su interior se hallaron 83,8 gramos de hachís, 8,2 gramos de heroína en roca, otros 2 gramos de heroína distribuidos en dosis y una cápsula de huevo con 57 comprimidos de Trankimazin.
Tras ello, responsables del Centro Penitenciario de Logroño levantaron las correspondientes actas de incautación de droga y aseguraron la cadena de custodia de las sustancias, poniendo los hechos en conocimiento de la autoridad judicial.
Esta intervención refuerza la eficacia de los dispositivos conjuntos entre la Guardia Civil y el personal penitenciario, cuyo objetivo es impedir que las cárceles se conviertan en lugares de consumo o distribución de sustancias ilegales, garantizando así un entorno seguro tanto para los internos como para los trabajadores del centro.