MADRID 12 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Universidad Rey Juan Carlos (URJC) de Madrid ha liderado una investigación con Inteligencia Artificial (IA) con el objetivo del clasificar 125 obras de arte del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza en función de las emociones que generan en los espectadores con la participación de Quirónsalud.
La aplicación de los resultados es doble, ya que, por un lado, el museo ha desarrollado una página web en la que se pueda navegar a través de las emociones, convirtiéndose en la primera institución de estas características en hacerlo. Por otro, Quirónsalud mostrará aquellas obras que producen emociones más positivas en sus hospitales para mejorar la calidad de vida de pacientes, personal médico y familiares, ha informado la Universidad en un comunicado.
Durante ocho semanas, 127 personas participaron en este experimento en un entorno de laboratorio controlado, en el que se combinaron herramientas tradicionales con tecnologías neurocientíficas de análisis biométrico e Inteligencia Artificial.
Mediante el uso de dispositivos de seguimiento ocular, análisis de expresiones faciales y respuesta galvánica de la piel, se recopilaron más de 12.700 métricas que permitieron clasificar las obras en función de las emociones que producían.
"Al ser una investigación pionera ha supuesto un reto importante, existía la posibilidad de que los estímulos inconscientes recogidos con dispositivos de análisis biométrico e IA no dieran los datos esperados, ha señalado la URJC.
Por esta razón se recogió también estímulos conscientes mediante la rueda de Plutchik donde los participantes en el experimento seleccionaron las emociones que creían sentir a nivel consciente, en una rueda que muestra 32 emociones. Aunque finalmente no fue necesario utilizar esa información porque los datos biométricos permitieron cumplir el objetivo.
A través del estudio, la investigadora de la URJC Ana Reyes analiza cómo reacciona el ser humano, tanto consciente como inconscientemente, ante distintas obras pictóricas. La iniciativa abre nuevas vías en el uso de Inteligencia Artificial y análisis biométrico para detectar las emociones que produce el arte en las personas y su bienestar.
Reyes ha destacado que este estudio "ha permitido confirmar la hipótesis de investigación, clasificando las obras de arte en función de las emociones producidas de forma inconsciente".
Se ha constatado que los tonos cálidos y las composiciones equilibradas tienden a generar sensaciones agradables, mientras que los contrastes intensos de luz y sombra provocan una mayor activación emocional. Obras como 'La Cena de Emaús, de Matthias Stom, o 'El violinista alegre con un vaso de vino', de Gerard van Honthorst, sirvieron como ejemplos de cómo diferentes estilos pictóricos generan "emociones distintas, desde la contemplación reflexiva hasta la alegría espontánea".