El Rastrillo de Nuevo Futuro regresa desde este viernes al pabellón de La Pipa desde mañana con 80 puestos

MADRID 18 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Rastrillo de Nuevo Futuro regresará al pabellón de La Pipa con 80 puestos desde este viernes y hasta el 27 de noviembre para destinar todo lo recaudado a los menores que carecen de un ambiente familiar, a colectivos de mujeres maltratadas y a presas que cumplen el tercer grado y que tienen niños de menos de tres años.

El Rastrillo estará abierto de 11 a 21.30 horas y en él los 1.200 voluntarios trabajarán en los 80 puestos --cinco veces más que en la primera edición--, donde se podrán encontrar desde futuros regalos navideños, como antigüedades y objetos de decoración, así como actuaciones programadas y una amplia oferta gastronómica.

Y es que 22 restaurantes de renombre como Jockey, Zalacaín o Horcher colaboran con Nuevo Futuro ofreciendo un menú por precios que no superan los 40 euros.

Una de las novedades de este año es la cena que tendrá lugar el 21 de noviembre en el puesto Vista Alegre, con la particularidad de que será servida por unos camareros de excepción, los hermanos Rivera, Francisco y Cayetano. Otro de los actos destacables será el homenaje que el día 22 recibirá el seleccionador nacional de fútbol, Vicente del Bosque.

El Consistorio madrileño cede gratuitamente desde hace dos décadas el Pabellón de la Pipa, en el recinto Ferial de la Casa de Campo, para celebrar el Rastrillo.

Con el dinero recaudado se mantendrán distintos hogares y centros de acogida que están distribuidos por España, Portugal, Colombia, Perú y Senegal. Los 129 hogares repartidos por el mundo acogen niños desde la cuna a la mayoría de edad en un ambiente lo más parecido posible al de una familia. Un total de 89 de esos hogares están en España. Desde allí se atienden a 1.063 chicos, 771 en el país y 90 de ellos en Madrid.

Uno de ellos, Alfredo Alaez, ha explicado que el fue ayudado por Nuevo Futuro en el primer hogar que fundaron, allá por 1968. Estuvo acogido desde los cuatro años y salió prácticamente para casarse. Siente que gracias a esta iniciativa solidaria tiene familia. De hecho, cambió sus apellidos de nacimiento por los de la profesora que más tiempo pasó con él iniciando así el que fue el primer proceso de adopción de un mayor de edad.