MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
KPMG sostiene que el Plan de Impulso a la Cadena de Valor de la Automoción, presentado este lunes por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y que está dotado con un presupuesto de casi 3.750 millones de euros, garantizará la competitividad del sector.
Así lo defiende la socia responsable de Industria y Automoción de KPMG en España, Begoña Cristeto, que cree que este plan supone "una apuesta por el mantenimiento de uno de los principales sectores productivos del país".
"Es el momento de un nuevo esfuerzo colectivo de administraciones, empresas y trabajadores en el que todos debemos aportar con el objetivo último de preservar nuestras capacidades productivas y empleo y apostar por la recuperación tras esta crisis sin precedentes", añade.
La socia de la firma de servicios profesionales cree que el plan constituye un marco de actuación que permite reorientar los esfuerzos de todo el sector y centrar el foco sobre las palancas que contribuirán a la reactivación de toda la cadena de valor de la industria de automoción, al mantenimiento de su competitividad y a su transformación hacia el ecosistema de movilidad.
"El plan combina una acción clara en el corto plazo para garantizar la competitividad del sector en un momento en el que el principal reto pasa por la reactivación del mercado tras el periodo de inactividad causado por la crisis del Covid-19, y aprovechando estas medidas para incentivar la transformación de nuestro parque móvil, con una visión estratégica de largo plazo centrada en la nueva movilidad", explica Cristeto.
Al mismo tiempo, subraya que el sector debe completar la transformación iniciada hacia una movilidad sostenible, y apostar por una digitalización en sus procesos y productos que lo hagan más competitivo para optar a la asignación de nuevos modelos de vehículos eléctricos y de bajas emisiones, conectados y autónomos.
No obstante, este proceso requiere "un importante esfuerzo inversor", que se debe abordar conjuntamente desde lo público y lo privado para optar a nuevos nichos de negocio que suponen un potencial superior a los 310.000 millones de euros y que, en términos de impacto económico, puede significar un crecimiento potencial del PIB de entre un 7% y un 12% o una contribución a la creación neta de empleo de entre un 4% y un 7%.
"Este plan debe, por tanto, ser el pilar para construir nuestras nuevas capacidades del futuro, partiendo de nuestra mayor ventaja: la capacidad productiva instalada tanto de OEM --fabricantes de equipos-- como de proveedores de componentes en nuestro país, el esfuerzo que se viene realizando por la modernización y productividad de estas plantas y la disposición de mano de obra cualificada", concluye Cristeto.
