Bascuñana cree que hay que "saber aceptar" decisiones judiciales como la que cambiaba el horario de la Marea Tricolor

MURCIA 15 Abr. (EUROPA PRESS) -

El delegado del Gobierno en la Región, Joaquín Bascuñana, ha considerado que, en un estado democrático, "tenemos que saber aceptar perfectamente las decisiones de la Justicia", en referencia a la sentencia de la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) que respaldaba la modificación del horario de celebración de la Marea Tricolor, al coincidir con la procesión del Lunes Santo.

En rueda de prensa y al ser preguntado a este respecto, Bascuñana ha aceptado la sentencia igual que la aceptó cuando el TSJ "sentenció en contra de lo que había opinado la Delegación del Gobierno". En este caso, ha explicado que el TSJ ha dado la razón a la Delegación del Gobierno y "es la otra parte la que no está de acuerdo".

Tanto en un caso como en otro, Bascuñana ha defendido que la Delegación del Gobierno "lo que hizo fue aportar argumentos". A su juicio, no es cierta alguna declaración en la que "se decía que el delegado del Gobierno no autorizaba la manifestación" ya que, ha aclarado, el delegado "ni autoriza ni deja de autorizar".

Ha justificado que "había otro acontecimiento de la índole que había" como al procesión del Lunes Santo, por lo que la Delegación propuso un cambio de hora diciendo que no era conveniente "con el apoyo del informe del propio Ayuntamiento de Murcia".

"El TSJ nos dio la razón al afirmar que los convocantes de la marcha tienen la oportunidad de manifestarse todo el día perfectamente", evitando "lo que supone una participación masiva de las personas que procesionan o que asisten a la procesión".

Ha añadido que esto podría haber propiciado que "no se pudiese mantener el orden público ante cualquier suceso", y ha defendido que los argumentos de la Delegación "fueron en todo momento con sentido común y razonados".

Finalmente, ha reconocido que los organizadores de la manifestación llevaron a cabo una concentración en la plaza de la Merced, demostrando que "se podía mantener un hecho cultural, popular y con carácter religioso como la procesión del Lunes Santo y, a la vez, ellos podían expresar sus sentimientos ante el aniversario de la República de España".