Un investigador de la UMU descubre en Bullas una población de sapo partero bético, en peligro de extinción

Sapo partero
CEDIDA
Actualizado: domingo, 16 marzo 2014 11:59

Se trata de una especie con una curiosa forma de reproducirse, ya que es el macho el que porta en su espalda los huevos hasta su eclosión

MURCIA, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -

El investigador del departamento de Zoología y Antropología Física de la Facultad de Biología de la Universidad de Murcia (UMU), David Verdiell, ha descubierto recientemente en el municipio de Bullas una nueva población de sapo partero bético (Alytes dickhilleni), una especie endémica del sureste de la península ibérica, que no se encuentra en ningún otro lugar del planeta, pero que está gravemente amenazada y catalogada en peligro de extinción.

En declaraciones a Europa Press, Verdiell explica que los sapos parteros son conocidos por su curiosa forma de reproducirse, ya que es el macho el que se encarga del cuidado de los huevos tras su puesta por parte de la hembra, y los porta en su espalda durante unos 30 ó 40 días hasta que llega el momento de la eclosión, a diferencia de otras especies de anfibios en las que la hembra deposita los huevos en el agua y, posteriormente, el macho los fecunda.

La especie está catalogada En Peligro (EN) según las categorías establecidas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Su distribución mundial se limita a unas cuantas sierras de las provincias de Málaga, Granada, Albacete, Jaén, Almería y Murcia, donde se encuentra su límite de distribución oriental.

Concretamente en la Región de Murcia, el núcleo principal de la población de esta especie de sapo se encuentra en la comarca del Noroeste, en los municipios de Caravaca y Moratalla, y presenta continuidad en las vecinas provincias de Granada, Jaén y Albacete. Aunque padece numerosos problemas de conservación, todavía es posible localizarlo en varias decenas de hábitats acuáticos, según la Asociación Herpetológica Murciana (AHEMUR).

Por tanto, el área de distribución de esta especie en la actualidad es "muy reducida", pero Verdiell considera probable que, en el pasado, el área fuera "más amplia" y se extendiera más al sur. De hecho, miembros de la Asociación Herpetológica Murciana encontraron hace dos años una población de este sapo en un barranco inaccesible de Sierra Espuña que se habría mantenido aislada.

Y es que se trata de una especie muy sensible que se puede ver afectada por los cambios del uso del suelo y el impacto de la actividad humana, como el abandono de actividades agropecuarias tradicionales, la expansión de cultivos intensivos, y la desaparición de albercas y abrevaderos para el ganado. Todos estos factores han provocado la extinción local de poblaciones y la consecuente reducción del área de distribución de la especie, quedando algunas poblaciones relictas supervivientes en puntos aislados.

NUEVA POBLACIÓN EN BULLAS

Verdiell, doctor en Biología por la Universidad de Murcia, y especialista en el estudio de la ictiofauna (peces) en ambientes acuáticos mediterráneos, ha encontrado varias larvas de este tipo de sapo en una pequeña canalización situada en una zona donde no había sido citada con anterioridad.

Este investigador de la UMU, colaborador habitual de la Asociación Herpetológica Murciana, ha encontrado esta nueva población en el interior de una pequeña canalización de unos 50 metros de largo y apenas 30 centímetros de ancho de uso ganadero,.

En total, estima que esta población, probablemente, "no llega a contar con más de cien larvas nacidas en la primavera de 2013, que todavía deben de metamorfosear y convertirse en adultos". Por lo tanto, cree que apenas llegarán a la etapa adulta una veintena o treintena de ejemplares, ya que se trata de una especie que tiene muchos depredadores y encuentra muchas dificultades.

En concreto, Verdiell explica que las larvas cuentan con depredadores como las culebras de agua, aves como las garzas, y macroinvertebrados acuáticos como las larvas de libélula que viven también en los cuerpos de agua junto con las larvas de sapo partero bético. "Realmente, lo tienen muy difícil para sobrevivir incluso siendo adultos", señala.

El presidente de la Asociación Herpetológica Murciana, Eduardo Escoriza, ha intentado contactar con los propietarios, el Ayuntamiento de Bullas y la Dirección General de Medio Natural de la Comunidad Autónoma para que se tomen medidas de protección, aunque sea mediante el uso de cartelería y a nivel informativo.

El objetivo es hacer constar que en el lugar habita una población de sapo partero bético "muy frágil" y que si se va a hacer alguna actuación, por lo menos, "estén avisados del hallazgo".

HALLAZGO "FORTUITO"

Verdiell ha explicado que el hallazgo tuvo lugar el pasado domingo, 9 de marzo, y fue "fortuito", ya que se encontraba realizando una visita a la zona por otros motivos, aunque suele prestar atención a todo tipo de cuerpos de agua que puedan ser susceptibles de albergar poblaciones de anfibios

De hecho, Verdiell ha estado colaborando con el proyecto 'Amphibia', financiado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, y coordinado por la Asociación Columbares, y que está centrado en la comarca del Noroeste de Murcia, así como en parte de las provincias de Almería, Granada, Jaén y Albacete.

En el marco de este proyecto, que también ha contado con la colaboración de AHEMUR, Verdiell estuvo recogiendo muestras en esta zona, con la intención de hacer un inventario de cuerpos de agua de la zona que sean apropiados para mantener poblaciones de anfibios. Además, y como parte de las actuaciones de este proyecto, ha sido publicado el libro 'Anfibios del sureste ibérico'

Verdiell admite que es muy difícil hacer un censo del número total de ejemplares de una poblaciones de sapo partero bético porque, al igual que otras muchas especies de anfibios, tienen hábitos crepusculares, es decir, los adultos solo salen por la noche y es muy difícil llevar a cabo un seguimiento de los mismos.

Esta especie de sapo está emparentada con otras especies, como el sapo partero común (Alytes obstetricans), pero ambas están separadas por el eje que representa el río Segura. En este caso, la especie tiene una presencia más amplia, desde Yecla y Jumilla, alcanza la Comunidad Valenciana, Cataluña, centro y norte de la península ibérica, incluso Francia y Alemania.

Ambas especies coinciden en su peculiar forma de reproducción. Y es que en ambos casos la hembra entrega los huevos al macho, que es el que se encarga de transportarlos e incubarlos en un saco colocado entre sus patas traseras, durante unos 30-40 días. La reproducción normalmente se produce en primavera, con las primeras lluvias. Una vez que los renacuajos han madurado, los machos se acercan al agua y dejan caer los huevos. Casi de inmediato, los renacuajos eclosionan y empiezan a nadar y alimentarse.