Detenidos en Madrid tres presuntos 'cogoteros' acusados de cometer 22 delitos contra ancianos en entidades bancarias

Actualizado: sábado, 29 abril 2006 16:43

MADRID, 29 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Cuerpo Nacional de Policía ha detenido en Madrid a tres presuntos 'cogoteros' acusados de 22 actos delictivos --seis robos con violencia y 16 hurtos con descuidos-- dirigidos contra ancianos que se encontraban realizando gestiones en diversas entidades bancarias, informó hoy la Jefatura Superior de Madrid.

Los tres hombres, que fueron detenidos en una pensión del paseo de Santa María, donde pernoctaban, se hacían pasar por ciudadanos cubanos, aunque portaban pasaportes chilenos y en realidad eran naturales de Colombia y Perú. En total, la policía les imputa hechos delictivos que les podrían haber reportado un botín de más de 100.000 euros.

El primero de los detenidos es Jonathan E.L., quien se identificó como cubano de 41 años y al que constan 20 detenciones con distintos nombres y dos reclamaciones judiciales por juzgados de Badajoz y Lleida. Le acompañaban Jorge Luis C.B., peruano con 13 detenciones y 5 nombres distintos, además de una búsqueda, detención y personación del juzgado de Baracaldo (Vizcaya) por robo; y Pedro Pablo G.R., colombiano de 50 años, el único que no ha pisado calabozos policiales en España.

Las investigaciones fueron llevadas a cabo por agentes del Grupo I de la Brigada de Policía Judicial y especialistas en la persecución de delitos protagonizados por delincuentes sudamericanos. Desde primeros de año los agentes estaban tras la pista de un grupo de peruanos que realizaba hurtos en entidades bancarias aprovechando los descuidos de los clientes o asaltándoles cuando habían hecho un reintegro en metálico.

CAMBIABAN DE LUGAR

Las gestiones resultaron difíciles debido al carácter itinerante de este grupo. Apenas tenían los agentes la línea adecuada de investigación, éstos desaparecían y llegaban noticias de ellos desde puntos tan diferentes como Barcelona, Valencia, León o Vizcaya. Las víctimas de los delitos siempre aportaban la misma descripción física y denunciaban un mismo "modus operandi".

Entre tres y cinco integrantes del grupo entraban en la sucursal bancaria, en distintos intervalos de tiempo, se ubicaban en puestos estratégicos y comenzaban con la maniobra de la distracción de empleados con consultas o aperturas de cuenta. Mientras, uno de los sospechosos, con gran habilidad, accedía a los cajones y se apoderaba del dinero en efectivo de la entidad. En el caso de ser sorprendidos no dudaban en emplear la violencia necesaria contra empleados o vigilantes de seguridad para conseguir su propósito.

En el caso de los 'cogotazos', esperaban a los ancianos dentro de la sucursal a que hicieran un reintegro en metálico y pasaban la seña a un compinche que esperaba en el exterior para que siguiera a la víctima y buscara el momento más adecuado para atacarle y apoderarse del dinero.

El arresto de los tres sospechosos tuvo lugar poco después de su último asalto: un hurto en entidad bancaria con el que consiguieron un botín de 40.425 euros.