Rasmussen visitará Madrid el 16 de junio, a invitación de la ministra de Defensa
MADRID, 6 Jun. (EUROPA PRESS) -
España ya ha expresado su desacuerdo al secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, por la propuesta de reforma de la estructura de mandos de la organización, que plantea el cierre del Cuartel General de Retamares (Madrid). No obstante, la batalla del Gobierno español no es la permanencia de este cuartel, sino la creación de un centro de operaciones aéreas que el secretario general de la Alianza Atlántica también ha negado.
La propuesta, a la que ha tenido acceso Europa Press, fue presentada a los 28 socios de la Alianza Atlántica a finales de mayo, en una reunión informal en la que España ya dijo que, en esas condiciones, no estaría en disposición de decir sí a la reforma en la cumbre de ministros de Defensa que se celebrará esta semana en Bruselas, y en la que se pretende aprobar la nueva estructura.
El borrador que Rasmussen presentó el pasado 26 de mayo incluye los mandos estratégicos que actualmente existen en Estados Unidos y en Bélgica, los dos conjuntos que están en Holanda e Italia, un marítimo en Reino Unido y un áereo en Alemania. Como mando terrestre, propone crear uno en Turquía, en sustitución del español en Retamares y el alemán en Heidelberg.
Según fuentes militares, sólo España, Portugal y Luxemburgo mostraron "desacuerdo y descontento" con la propuesta del secretario general. La negativa portuguesa parte de la desaparición de su cuartel general en la nueva estructura, aunque se le ha ofrecido un centro multinacional que se trasladaría desde Italia.
En cualquier caso, Rasmussen dejó clara su intención de llevar a la reunión del próximo día 8 la propuesta "tal cual" presentó a los embajadores, a pesar de que Italia propuso que estableciera nuevos contactos con los países, ante la posibilidad de que la cumbre de junio acabara en fracaso.
RETAMARES NO ES UNA LÍNEA ROJA
Desde que se comenzó a hablar de que el futuro del Cuartel General de Retamares podía peligrar, la ministra de Defensa, Carme Chacón, ha insistido en que España quiere hacer valer su peso como séptimo contribuyente de la organización, aunque también ha apelado a que los países no pueden "cerrarse en banda" ante la necesidad de realizar cambios.
Según fuentes militares consultadas por Europa Press, la postura de España en esta situación no ha sido la de defender la permanencia inamovible de Retamares, pese a que se trata del cuartel menos costoso para la Alianza Atlántica y que a España en 2011 le supondrá un ingreso de más de 40 millones de euros.
En cambio, España ha trasladado en varias ocasiones al secretario general de la OTAN su petición de lograr la creación de un Centro Combinado para Operaciones Aéreas (CAOC), cuyo peso y trascendencia en la estructura de mando de la Alianza no es, según las fuentes consultadas, comparable a un Cuartel General.
La ministra de Defensa trasladó personalmente a Rasmussen esta petición durante una videoconferencia celebrada a petición de España unos días antes de la reunión informal del 26 de mayo y en la que la línea roja no se situó en Retamares, sino en el CAOC, cuya instalación también fue descartada por el secretario general.
Para España, el objetivo sigue siendo "lograr uno de los dos CAOCs" que la OTAN tenía hasta ahora, y que podría quedar en un único centro en Italia, y "siempre que el dibujo completo" respete su "posición relativa en el seno de la Alianza".
La insistencia en esta instalación se argumenta desde el Gobierno español en el hecho de que la última propuesta de Rasmussen difiere de lo pactado en la Cumbre de Lisboa del pasado noviembre, en la que se habló de eliminar todos los cuarteles de componente terreste y se aceptaba mantener dos CAOCs.
España defiende que si, como se sugiere ahora, finalmente se incluye una nueva entidad terrestre --que se baraja en Turquía--, para poder aceptarlo debería recibir la "compensación significativa de un CAOC" y "siempre que el dibujo completo respete" la posición española en la Alianza.
Para el Ministerio de Defensa, no hay nada que justifique "cerrar entidades terrestres" como Retamares, y Heidelberg, para después "recrear algo parecido en otra distinta", como tampoco se explica la eliminación de un CAOC, cambios que "no han sido formalmente discutidos" y para los que no se ha consultado a las autoridades militares.
España argumenta además que los cambios suponen un modelo que no está equilibrado y que se traduce en la reducción de centros en el sur y el sureste de la Alianza, pese que a los riesgos y amenazas actuales acechan por el arco mediterráneo. Por todo ello, considera que no se dan las condiciones para que España pueda apoyar la propuesta de localizaciones geográficas presentada por el secretario general de la Alianza.
SIGUEN LAS CONVERSACIONES
Pese a todo, España confía en la posibilidad de que se introduzcan cambios esta semana. Fuentes gubernamentales consultadas por Europa Press han asegurado que las conversaciones continúan y que España hará valer su posición hasta el último momento.
Estas fuentes han insistido en que si España no se considera aceptable la propuesta final, no dará un sí a la reforma, que podría retrasarse entonces a después del verano, dado que en la OTAN existe la norma no escrita según la cual todas las decisiones han de tomarse por unanimidad. Fuentes diplomáticas españolas han asegurado a Europa Press que es posible "cualquier resultado" de la cumbre de esta semana y "no hay que dramatizar" si acaba sin acuerdo.
El propio Rasmussen tendrá oportunidad de explicar en España los cambios, ya que el 16 de junio visitará Madrid, para asistir a un seminario organizado por el Ministerio de Defensa, en coordinación con el Real Instituto Elcano, al que ha sido invitado personalmente por Chacón.
El apoyo de España a los cambios puede pasar sin la permanencia de Retamares, pero no sin compensaciones de tipo estratégico, como la instalación de un CAOC, que pueden completarse con otras de tipo económico, tal como mayor apoyo financiero a los cuarteles de alta disponibilidad de Rota (Cádiz) y Bétera (Valencia), que forman parte de la estructura de fuerzas de la organización.
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