Estatut- Diputado del PSM censura las presiones al TC y dice que los defensores del texto no actúan con total "limpieza"

Actualizado: miércoles, 5 mayo 2010 16:25

MADRID, 5 May. (EUROPA PRESS) -

El diputado del PSOE por Madrid en el Congreso Elviro Aranda ha salido en defensa del Tribunal Constitucional porque considera "inaceptable" la situación en la que se le ha puesto a cuenta de las "obsesiones" que tienen "unos y otros" por que la sentencia favorezca sus intereses. Aranda reparte culpas entre los propios magistrados, el PP y los defensores del texto catalán, reprochando a estos últimos que no hayan sido "absolutamente limpios" en este asunto.

En un artículo de su página personal de Internet, recogido por Europa Press, el diputado madrileño cree que el momento actual merece "más reflexión, prudencia y sentido de Estado que el que algunos están manifestando con sus declaraciones y comportamientos" y, por eso, hace un llamamiento a la "responsabilidad".

"El Tribunal Constitucional es el garante de la coherencia y unidad del ordenamiento jurídico del Estado. ¡Ahí es nada!. Eso, evidentemente, lo convierte en la piedra angular del sistema político y jurídico", recalca. En su opinión, "el problema, además de lo inaceptable de las presiones para que un Tribunal falle a favor de ciertas pretensiones, es que se está erosionando su prestigio".

El diputado asegura que durante la vigencia del Estatut no se ha roto España, como pronosticó el PP, pero sí que "han aparecido algunas grietas en el sistema institucional", aunque no por el texto catalán, "sino más bien por el comportamiento de unos y otros ante el Estatuto".

LA LIÓ EL PP

Aranda recuerda las "duras y sonoras" palabras que se escucharon durante la tramitación del Estatut, pero a su juicio, la situación se complicó cuando, superando el debate político, el PP recurrió el Estatut ante el TC, porque fue entonces cuando "unos y otros empezaron a maniobrar para intentar ganarse una sentencia favorable".

También reprocha a los 'populares' que "en un cálculo estratégico sobre las convicciones políticas de algunos magistrados" se negase a negociar la renovación de los magistrados cuyo mandato caducó, recusase a Pablo Pérez Tremps por haber "escrito un artículo sobre la reforma estatutaria" y lo intentara también con la presidenta del tribunal, María Emilia Casas, en este caso por un trabajo científico realizado por su marido.

Pero Aranda asegura que tampoco se han "comportado con absoluta limpieza los defensores del Estatut", ya que, "desde su aprobación en Cataluña mediante referéndum, empezaron a extender la falsa idea de que el voto de los catalanes le confiere suficiente legitimidad democrática para que ningún tribunal pueda cambiar lo que el pueblo catalán ha aprobado".

"Quien piensa así se olvida de que el único soberano en nuestro sistema es el pueblo español, del que forman parte los ciudadanos de todos los territorios del Estado, y de que la votación en referéndum del Estatut no supone más que la culminación de un procedimiento legislativo específico que la propia Constitución ha establecido para la reforma de ese tipo de normas", escribe.

PREPOTENCIA, MIOPÍA Y EMPECINAMIENTO

Aranda responsabiliza también a los miembros del TC por su "falta de altura de miras" y su incapacidad de dictar sentencia cuatro años después de arrancar sus deliberaciones. En su opinión, los magistrados, "al fijarse en exceso en los detalles y sutilezas jurídicas, han perdido la perspectiva y la relevancia política que el asunto entraña". También cree que dañan al TC "las constantes filtraciones que se producen sobre sus deliberaciones".

El resultado es, desde su punto de vista, que "entre unos y otros han generado una gran crisis en la imagen y el prestigio" del tribunal, al que "todos" parecen "dispuestos a arrastrar al precipicio de su desaparición si no son atendidas sus pretensiones".

"En esta situación, ¿será posible que aparezcan cabezas con la suficiente altura de miras para poner en marcha una dinámica que solucione el tremendo atolladero, en el que el empecinamiento, la prepotencia y la miopía en los objetivos, nos han metido?", se pregunta.