Actualizado 02/07/2014 11:59

Las aguas del Lago As Pontes (Galicia) obtienen la mejor calificación para el consumo humano, el baño y la vida animal


MADRID, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -

Las aguas superficiales del Lago de As Pontes reúnen la mejor calificación para el consumo humano, para el baño y para el desarrollo de fauna, según la regulación exigida por el Estado en los diferentes Reales Decretos.

En concreto, la calidad exigida a las aguas superficiales susceptibles de ser destinadas al consumo humano se rige por el Real Decreto 1541/1994, que clasifica las aguas en tres grupos, A1, A2 y A3, según el grado de tratamiento que necesitan para su potabilización. Por los valores registrados, las aguas del lago de As Pontes son de la categoría A1.

Ello significa que tienen la mejor aptitud prepotable, de modo que basta un tratamiento físico simple (filtración) y desinfección para que puedan ser bebidas. También cumplen el Anexo I del Real Decreto 60/2011, que recoge las Normas de Calidad Ambiental para 33 sustancias y contaminantes, catorce de los cuales se han identificado como sustancias prioritarias por su peligrosidad para la salud humana.

En el margen cercano al núcleo urbano de As Pontes existe una zona habilitada para el baño de 430 metros de longitud, inaugurada en agosto de 2013, donde las aguas alcanzan los 24 grados centígrados en el periodo estival.

La calidad de las aguas destinadas a baño viene regulada por el Real Decreto 1341/2007, a tenor del cual las de As Pontes están catalogadas de "excelentes", porque cumplen los requisitos más exigentes en materia de salubridad.

En relación con las condiciones necesarias para el potencial desarrollo de la fauna y la flora en su entorno, regulado oficialmente en el Real Decreto 927/1988, las condiciones del lago resultan idóneas, hasta el punto de que le otorga la calificación de 'aguas salmonícolas', es decir, las mejores para los peces.

Endesa ha recuperado el espacio minero transformando su escombrera en una sucesión de bosques, praderas y zonas húmedas que ocupan 1.200 hectáreas. Al pie de la escombrera se encuentra el lago que inunda el antiguo hueco minero y acabará convertido en un gran centro de recepción de aves migratorias, según vaticinan recientes estudios científicos.