Los seis acusados en la 'Operación Piña Verde' niegan vender drogas aunque la mayoría reconoce consumirlas

Actualizado: lunes, 26 julio 2010 20:35

La Guardia Civil mantiene que había un trasiego de gente en el bar 'Razza' pero no observaron transacciones de droga

VALLADOLID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -

Los seis acusados --cuatro hombres y dos mujeres-- por la 'Operación Piña Verde' negaron dedicarse a la venta de drogas, aunque todos los varones reconocieron consumir cocaína o marihuana, sustancias intervenidas tras sus detenciones en marzo de 2009.

En el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Valladolid declararon todos los acusados, uno de ellos vecino de Medina del Campo y otros cinco de Pedrajas de San Esteban, uno de los cuales es el propietario del bar 'Razza' donde presuntamente se vendía droga.

El primero en declarar fue David B.R, de 35 años y propietario del establecimiento para quien el fiscal pide once años de prisión y multa de 25.000 euros. El joven negó dedicarse a vender sustancias estupefacientes aunque reconoció tener un problema "grave" con la cocaína, la cual consumía habitualmente, y afirmó que los casi 102 gramos hallados en su vivienda y el bar de su propiedad eran para su propio consumo, entre 10 y 20 gramos a la semana, en ocasiones para "aguantar" el ritmo de trabajo.

Precisamente este extremo, añadió, le había costado muchas discusiones con su pareja, Laura H.S, quien trabajaba en el bar y también está acusada y le recriminaba por su consumo de cocaína y también de marihuana.

El joven explicó que el dinero que ganaba salía del bar, en el que obtenía entre 5.000 y 6.000 euros netos al mes con los que hacía frente a varias hipotecas y préstamos personales y con los que adquirió un coche y una vivienda. Sin embargo, afirmó tener algunos bienes a nombre de su hermana al no haber obtenido el divorcio de una relación pasada.

Así, indicó en declaraciones recogidas por Europa Press que el dinero encontrado en su vivienda, cerca de 16.500 euros, procedían del bar y lo tenía para pagar parte de una reforma que había realizado meses antes, motivo por el que el establecimiento había permanecido cerrado.

Por su parte, otro de los acusados, Jonathan C.A, de 24 años y que se enfrenta a cuatro años de prisión y una multa de 1.000 euros, afirmó que es amigo de David, con el que compartía aficiones como los karts, y que ayudaba cuando necesitaba algo en el bar, aunque no trabajaba para él ya que tenía su empleo en la construcción. El joven aseguró que consumía marihuna, sustancia de la que se encontraron 150 gramos en su domicilio, y aclaró que la plantaba y algunas veces la compraba, pero negó vender cualquier tipo de droga o conocer que el propietario del bar 'Razza' lo hiciera.

ENTORNO DE DAVID

En la misma línea se expresó Pedro Luis M.G, de 42 años y vecino de Medina del Campo, carpintero en paro y consumidor de marihuana al que se le incautaron casi 400 gramos de esta sustancia, de la que fumaba unos 25 gramos a la semana, y cerca de seis de cocaína (consumía 0,5 gramos diarios) y para el que el fiscal pide cuatro años de prisión y 3.000 euros de multa. El acusado afirmó que él mismo plantaba marihuana y compraba la cocaína a un gitano en Medina, aunque prefirió no decir a quién por su "seguridad" y la de su familia.

Sin embargo, negó comprar sustancias a David o a otro de los acusados, su amigo de 47 años José Luis H.G, quien también negó dedicarse a la venta a drogas aunque en su vivienda se hallaron más de 800 gramos de cannabis sativa que alegó que eran para su propio consumo. Para éste último, quien solía ir a tomar café al bar, el fiscal solicita una pena de dos años de prisión y multa de 3.000 euros.

Durante la vista también declararon dos empleadas del bar, Laura H.S. y Mónica M.A, ambas de 23 años y la primera de ellas pareja sentimental de David, para quienes se solicita una pena nueve años y medio de cárcel y 12.000 euros de multa al considerar que ayudaban a distribuir la droga en el establecimiento.

Laura H.S. negó que ella se dedicara a vender droga y afirmó que tampoco lo hacía su novio, con quien tuvo "muchísimas discusiones" porque a ella no le gustaba lo que hacía. Además, añadió que no había visto sustancias de ningún tipo en el establecimiento. En la misma línea lo manifestó Mónica M.A, quien al igual que la anterior trabajaba en el bar fundamentalmente los fines de semana.

A pesar de las negativas de los acusados, los guardias civiles que declararon en el juicio dejaron ver que las conversaciones que mantenían los jóvenes a través de los teléfonos móviles intervenidos hacían sospechar que se dedicaban al tráfico de drogas.

Sin embargo, aunque sí vigilaron el entorno del bar 'Razza' y la vivienda de David B.R, no presenciaron una transacción de droga ni interceptaron a alguno de los supuestos compradores, ya que no entraron en el establecimiento.

Los agentes explicaron que había un trasiego de personas que accedían al establecimiento y salían sin que hubiera dado tiempo a hacer una consumición, aunque alguno de ellos podría haber entrado a comparar tabaco o ver si estaba alguien, como reconoció uno de los guardias civiles, que no advirtió nada anormal en la gente que entraba al 'Razza'.

OPERACIÓN 'PIÑA VERDE'

La detención de los jóvenes se produjo como consecuencia de las investigaciones desarrolladas tras detectarse un incremento de las denuncias por consumo o tenencia de estupefacientes en la vía pública registrado en Pedrajas de San Esteban y tener conocimiento de la posibilidad de que en el bar 'Razza', sito en la Ronda de Santana de la localidad, pudieran estar llevándose a cabo actividades relacionadas con el tráfico de drogas.

Así, las vigilancias montadas en los alrededores del bar permitieron comprobar que a última hora de la tarde el establecimiento registraba un trasiego constante de personas que entraban y salían al poco tiempo. Ello, unido al hecho de que el propietario, D.B.R, llevaba un nivel de vida sospechoso--poseía un vehículo de alta gama y varios bienes inmuebles a nombre de familiares--y no acorde a la explotación de su negocio hostelero, que había permanecido cerrado varios meses en 2008, condujo a los investigadores sobre la pista de que su fuente de ingresos pudiera estar relacionada con alguna actividad ilícita.

Los funcionarios participantes en la 'Operación Piña Verde', con la autorización judicial, practicaron diversas intervenciones telefónicas cuyo contenido, tal y como sostiene el fiscal, permitieron confirmar que D.B.R. vendía a terceras personas cocaína y marihuana en el bar que explotaba y en su domicilio, en Pedrajas de San Esteban, para lo cual, según entiende probado, contaba con la participación activa de los otros procesados.

Ante ello, el 20 de marzo del pasado año, con colaboración de efectivos de la Compañía de la Guardia Civil de Medina del Campo --Puestos de Íscar y Medina del Campo--, se practicaron cinco registros judiciales, cuatro en Pedradas de San Esteban, uno de ellos en el citado bar, y otro en Medina del Campo, en los que se procedió a la detención de cuatro de los imputados y se intervinieron gran cantidad de sustancias estupefacientes, vehículos, dinero en efectivo, básculas de precisión, teléfonos móviles y dos vehículos.

En su día, la Guardia Civil destacó que con esta operación se logró desmantelar una de las más importantes redes de distribución de drogas de la provincia de Valladolid, ya que distribuían sustancias estupefacientes mediante venta de dosis al por menor en lugares de esparcimiento de jóvenes.

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