MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
El tribunal que juzga tres piezas separadas de 'Tándem' en la Audiencia Nacional ha permitido este jueves al comisario jubilado José Manuel Villarejo que interrumpiera su declaración como acusado para continuarla en la sesión del viernes, después de que su letrado indicara que está "bloqueado" por el "cansancio" acumulado tras cuatro días de interrogatorio.
"Como ha podido observar la Sala, tras cuatro días continuados de declaración, y especialmente hoy, se veía al señor Villarejo bloqueado y no está en condiciones, según me manifiesta, por el cansancio que va acumulando e incluso por un pequeño dolor de cabeza", ha dicho su abogado, Antonio José García Cabrera.
En consecuencia, ha solicitado al tribunal que "se le permita irse a su domicilio" para empezar ya el viernes el interrogatorio de su propia defensa, que ha anticipado que será extenso.
La magistrada Ángela Murillo, tras recabar la opinión de las partes, que se han mostrado de acuerdo, ha accedido a lo planteado. "Como verdaderamente se aprecia cierto cansancio en el acusado, se le dispensa. Puede marcharse", ha resuelto. "Se lo agradezco señoría, vaya imagen que estoy dando", ha añadido Villarejo.
El trío togado ya autorizó el pasado martes a que el ahora policía retirado acudiera a declarar solo por las mañanas, atendiendo igualmente a una petición de la defensa de Villarejo, la cual alegó que las "dobles sesiones" que se prolongaban hasta la tarde le provocaban un "extremo cansancio".
Aunque este primer juicio por 'Tándem' comenzó el pasado mes de octubre, y desde entonces Villarejo ha intervenido puntualmente como abogado de su propia defensa, su declaración en calidad de acusado arrancó el pasado lunes.
La Fiscalía Anticorrupción reclama que Villarejo sea condenado a 109 años de cárcel por las tareas de espionaje que habría realizado en los proyectos 'Iron', 'Land' y 'Pintor' por encargo de despachos de abogados, empresarios y particulares a través de su grupo empresarial, CENYT.
"YA ESTABA TODO CANALIZADO"
En la escasa hora y media que ha durado su intervención de este jueves, Villarejo ha insistido en que, como "agente de Inteligencia", dependía "formalmente" de los responsables de la Dirección Adjunta Operativa (DAO) de la Policía Nacional, "de la máxima dirección, del secretario de Estado y en algunos casos incluso del propio ministro" de Interior, por lo que "no tenía que explicar" nada cuando requería apoyo a las unidades policiales. "Ya estaba todo canalizado", ha resumido.
No obstante, ha detallado que en los años 90 estuvo adscrito a la Comisaría General de Policía Judicial, porque era la que entonces se ocupaba de sus mismos temas --"labores antiterroristas"--, y que después se le fue asignando "temporalmente" a las unidades oportunas en función de los servicios que se le demandaban, que abarcaban también casos de corrupción.
Villarejo ha querido destacar que casi siempre tuvo el respaldo de Asuntos Internos, "porque era una unidad independiente que no tenía ningún jefe intermedio", sino que dependía "única y exclusivamente del director general de la Policía y del DAO", como él. En concreto, ha apuntado que usó sus recursos en 'Kitchen' y en la 'Operación Cataluña'.
También ha resaltado su colaboración con la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), puesto que "eran los fontaneros, los que hacen trabajos complicados como poner micrófonos en casas de terroristas o balizar, como pasó en el caso Faisán".
Según ha contado, el jefe de la UCAO durante los años que afectan a 'Iron' y 'Land' (2013 y 2014), el comisario Enrique García Castaño, le ayudó con la información que le solicitaba pero solo para sus "servicios oficiales". "Y a veces me decía: 'Espérate, que no me fío de ti'. Y hacía las comprobaciones" con sus superiores, ha descrito.
En este punto, ha comentado que cuando necesitaba la colaboración de la UCAO acudía directamente a García Castaño porque eran "informaciones de cierta delicadeza, relacionadas con el terrorismo o con la seguridad de Estado", negando con ello que apelara al agente Constancio Riaño o al policía Antonio Bonilla --con el que trabajaba a título privado--. "Eso es demasiado alambicado", ha descartado.
En esa época, Villarejo ha especificado que ya ejercía como responsable y en realidad único miembro de "la unidad de Inteligencia adscrita a la DAO", a pesar de lo cual ha incidido en definirse como un "simple comisario" que siguió trabajando con la Inteligencia española en lo que se le pidió porque, como un médico, un espía nunca se jubila.
ESCUDO DE SU FAMILIA Y SU SOCIO
Por otro lado, el antiguo uniformado ha ejercido de escudo de su mujer, Gema Alcalá, y de su hijo mayor, José Manuel Villarejo Gil, así como de su socio en CENYT, Rafael Redondo, todos ellos juzgados en este mismo proceso.
Villarejo ha asegurado que no supieron de su condición policial hasta que en 2008 o 2009 fue condecorado. "Incluso se molestaron" porque no les había contado nada, ha ilustrado.
Su mujer y su hijo, aunque ha reconocido que trabajaban en el grupo empresarial, tenían un papel "puramente testimonial", realizando labores administrativas y de recursos humanos.
En este sentido, ha recalcado que si Alcalá figuraba como administradora de algunas sociedades del grupo CENYT era porque él temía no volver de algunos de sus viajes de "riesgo" y quería que el entramado empresarial quedara en manos de la familia.
En la misma línea se ha pronunciado sobre Redondo, al que ha situado en el "día a día" de los negocios del conglomerado mercantil, apostillando que alguna vez llegó a manifestarle su enfado por dedicar "tiempo y recursos" del mismo a cuestiones ajenas. "Era bastante exigente", ha alabado.
"Todas las decisiones (en CENYT) las tomaba yo, no consultaba a nadie porque esa era mi forma de entender el liderazgo del grupo empresarial", ha aseverado Villarejo, asumiendo así toda responsabilidad.