MADRID, 10 Nov. (EUROPA PRESS) - El PSOE fue moderando paulatinamente en los últimos días de la campaña sus expectativas para este domingo y ya no descartaba perder incluso algún diputado, como finalmente ha ocurrido. No obstante, sus perspectivas cuando se produjo la repetición electoral eran claramente la de mejorar su representación y aumentar así la presión sobre el resto de fuerzas políticas para que, al menos, le dejasen gobernar en minoría, si volviese a ser imposible un acuerdo de gobierno. Esta estrategia, capitaneada por el jefe de gabinete de Sánchez en Moncloa, Iván Redondo, no era del todo compartida en el seno del partido, donde había quienes pensaban desde el principio que, en una repetición, el PSOE sufriría una penalización por no haber sido capaz de formar Gobierno. Con el Parlamento que sale de este 10 de noviembre, Sánchez sólo podrá ser investido con el voto de toda la izquierda y la abstención de nacionalistas e independentistas o bien con el apoyo directo del PP, ya que no le bastaría sólo con una abstención de Pablo Casado para convertirse en presidente del Gobierno tras los resultados de las elecciones generales. En el cierre de la campaña, en el partido ya señalaban que el objetivo era al menos mantenerse con una representación similar a la lograda el 28 de abril, un objetivo que no se ha logrado en Madrid, Navarra, Baleares, Cantabria y Ceuta, donde han perdido un diputado en cada una de estas circunscripciones. En cambio, el PSOE gana un escaño por Huelva y otro por Huesca. Aunque no pierde escaños, el PSOE pierde su posición de primera fuerza en Galicia, donde el 28 de abril obtuvo un resultado histórico ganando por primera vez unas generales en esta comunidad. A nivel nacional, los socialistas se han dejado 760.000 votos con respecto a abril. Sánchez presidirá este lunes una reunión de la Ejecutiva Federal de su partido para analizar los resultados, a partir de las 11.00 horas. La única reacción que se ha escuchado del partido en la noche de este domingo ha sido la del propio líder que, ante los militantes y simpatizantes congregados en la calle Ferraz, ha prometido actuar "con generosidad y responsabilidad" para formar, esta vez sí, un Gobierno progresista. De puertas para adentro, entre los socialistas reinaba la decepción ante unos resultados peores de lo esperado, pese a haber mantenido su posición de fuerza más votada.