MADRID 5 Jun. (OTR/PRESS) -
Una pregunta sin mala intención: los del club este* el Bilderberg ¿se pagan de sus bolsillos el viaje hasta Sitges? ¿Y estancia, ya sea pensión completa o desayuno incluido? Porque sería el colmo que con la que está cayendo sobre todos nosotros, encima les tuviéramos que pagar los zumos de naranja o las consumiciones del minibar. Ya sé que suena un pelín demagógico, pero es que un servidor tiende siempre a sospechar de estos clubes tan raros que no permiten fotos, ni magnetofones, ni apuntes, ni presencia de prensa ni nada más que a ellos mismos.
Hubo un tiempo que a la famosa "Trilateral" (otro club privadísimo) se le llegó a calificar como el gobierno del mundo, y todo parece indicar que no. Se ve que a los poderosos les gusta reunirse sin motivo aparente para hacer un análisis de la cómo está el mundo. Pues yo se lo adelanto: mal; y está mal, entre otros motivos, por su culpa. Ya sé que hay mucho filántropo por allí, pero tomados así, en conjunto, bastaría con que un puñado de ellos se empeñaran en hacer sus cosas particulares menos rentables para que el mundo mejorase. ¿Y para que sirve una reunión de poderosos de la que nada se informa ni nadie sabe otra cosa que se han reunido? Lo ignoro. Pero así están las cosas en Sitges que, al menos, saldrá en todos los informativos del mundo mundial.
Pues allí se va a plantar nuestro gran maestre Rodríguez Zapatero. No es que sea miembro del club -aun- pero como esta gente ha sido educada en colegios del pago, tienen por costumbre invitar al presidente de la nación que pone el hotel y paga el minibar. Un detalle. Todo es muy fascinante y morboso, más que nada por el misterio que rodea a la cosa y la guinda la ponía el anuncio de la vicepresidenta sobre el tema a tratar por ZP en tan importante reunión: aunque nunca trasciende de lo que se habla allí, es seguro que Zapatero lo hará "de la crisis que vive el mundo en estos momentos" y del modo de afrontar los retos que hoy tienen planteadas todas las economías en un mundo globalizado". Y no se trata de hacer sangre, así que no voy a decir que es como si a Torrente le invitaran a una reunión de la INTERPOL. Pero hace falta tener seguridad en uno mismo para explicar, se supone que a los grandes cerebros del mundo, como afrontar la crisis que nos azota viviendo aquí la cosa como se vive. En fin, que todo sea para bien. Que Sitges salga mucho en las televisiones y que nuestro presidente les de una lección de lo bien que está afrontado la crisis su Gobierno. Ah, y que no abusen del minibar que luego nos sale por un pico.