Actualizado 22/09/2010 14:00

Andrés Aberasturi.- La vergüenza del milenio.

MADRID 22 Sep. (OTR/PRESS) -

"1. Nosotros, Jefes de Estado y de Gobierno, nos hemos reunido en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York del 6 al 8 de septiembre de 2000, en los albores de un nuevo milenio, para reafirmar nuestra fe en la Organización y su Carta como cimientos indispensables de un mundo más pacífico, más próspero y más justo.

2. Reconocemos que, además de las responsabilidades que todos tenemos respecto de nuestras sociedades, nos incumbe la responsabilidad colectiva de respetar y defender los principios de la dignidad humana, la igualdad y la equidad en el plano mundial. En nuestra calidad de dirigentes, tenemos, pues, un deber que cumplir respecto de todos los habitantes del planeta, en especial los más vulnerables y, en particular, los niños del mundo, a los que pertenece el futuro." Así de grandilocuente comenzaba la declaración final de la Cumbre del Milenio en el septiembre de hace diez años. Naturalmente a estos dos primeros puntos le seguían muchos más en un alarde de pirotecnia de buenas intenciones que daba gusto leer. Y hablo en pasado porque repasando ahora el "compromiso" de entonces, lo que produce su lectura es una profunda depresión visto lo ocurrido en el mundo en esta última década: nada de lo declarado se ha cumplido y el mundo, ay, no es hoy ni más prospero, ni más justo ni más pacífico.

Ahora se vuelven a reunir y volverán a firmar otra declaración tan hermosa y tan inútil como la anterior porque resucitar a estas alturas lo de la tasa financiera es prácticamente un sueño imposible. Y lo malo es que ellos mismos lo saben. Pero al menos parece que ya no están por la labor de que les creamos. Repasas la inmensa mayoría de medios españoles sobre este encuentro, y destacan la entrevista de nuestro presidente con el Rey de Marruecos, la "venta" de España ante los grandes inversores, diversas reuniones bilaterales etc. De la cumbre en si, apenas hay referencias y no porque los medios sean insensibles sino porque están escarmentados.

¿Cómo tener fe la ONU con la que está cayendo? ¿Cómo creer que una organización en la que la mayoría de los países son meros comparsas frente a un Consejo de Seguridad que es quien de verdad manda y media docena de naciones que se permiten tener el derecho a vetar las decisiones de la mayoría? ¿Qué países defienden de verdad esos principios tan hermosos a los que se hace referencia? ¿Cuántos de los allí sentados -empezando por China- son los principales culpables del dolor de sus pueblos? ¿A quién le preocupa más el mundo futuro que vamos a dejar a nuestros hijos que las próximas elecciones? ¿Cómo cumplen los deberes con las habitantes mas vulnerables del planeta, los niños del mundo, cuando la cifras de mortalidad, la hambruna, el número de niños de la guerra, de niños basureros, de niños explotados en los países menos desarrollados debería avergonzar hasta la náusea incluso a los más insensibles? ¿De qué nos están hablando?

Está muy bien estos de las cumbres del milenio; suena bien el nombre y hasta ese comienzo más propio de reyezuelos feudales que de gobernantes demócratas: "Nosotros, Jefes de Estado y de Gobierno*" Pero insisto: están bien estas reuniones porque les dan la oportunidad de hablar de sus cosas, de solucionar sus conflictos personales, hacerse fotos y hasta es posible que mas de un país, aprovechando que allí se juntan todos, cierre algún que otro negocio de venta de armas o de explotación de suelo aun virgen. Luego firman la hermosa declaración de intenciones y hasta la próxima.

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