MADRID 15 Abr. (OTR/PRESS) -
Susana Diez se ha arrugado ante el órdago de IU y los comunistas se han apuntado dos de marcha atrás. Porque quien había envidado primero había sido la presidente socialista, en un primer intento de cortar la subida a la chepa que sistemáticamente han adoptado como norma de conducta las consejerías de la coalición izquierdista. Están crecidos, pero Susana va también un tanto sobrada y el encontronazo que era previsible, será, más pronto que tarde, ya no de apuntarse un amarraco, ni un juego, sino la partida. Ante las urnas. Y ahí, aunque a priori, la grande la tiene segura Susana, IU le puede amargar con la chica. Porque si no se sale, si no llega, y le hacen falta unos tantos, puede pagarlo muy, muy caro.
La escenificada demostración de fuerza y autoridad de la presidenta andaluza ha concluido en un espectacular gatillazo. Sea vista ahora como se quiera. Eso es ir a por lana y acabar trasquilada. Firmar hoy un decreto quitándole las competencia a IU en Vivienda y en horas 24 firmar otro devolviéndoselas no da lugar a otra interpretación sino la que es: que se ha arrugado, que ante el escenario inmediato de ruptura y elecciones ha preferido dar marcha atrás, quedar como el tal Cagancho y esperar otro toro, otro reo, otras cartas y otro tiempo.
Se ha dejado pelos en la gatera, sin duda, pero más le valdría a Cayo Lara y a Maíllo no andar cantando victorias y descuidarse un pelo. Porque se la tiene guardada y jurada. Pero lo cierto es que Susana Díaz midió muy mal el paso y éste ha sido el primer tropezón de su fulgurante carrera política. Sin plumas, tampoco hay que exagerar, no se ha quedado y aunque haya perdido algunas va a seguir cacareando.
El corral del PSOE, con el viejo gallo un tanto baqueteado, quien tiene más mando en tropa es ella. Y es cierto que para hacer tortillas hay que romper huevos, pero si no mantiene bajo control su propio gallinero andaluz, si las gallinas royas se le montan encima, corre el riesgo de que romperlos sí los romperá pero que no acabarán siendo tortilla, sino yemas derramadas.
Lo sucedido justo antes de que el personal se pusiera el capirote de nazareno, tiene mucho de prólogo y primer round del combate. Nadie piensa ahora que el gobierno andaluz acabe la legislatura y la duda es cuando considerará la lideresa andaluza que es el momento idóneo de jugársela a votos. Porque ella necesita unas elecciones para legitimarse en Andalucía y ganarlas para expandirse a España como alternativa. Hoy por hoy no ha ganado ni unas primarias, porque su aparato ya se encargó de dejarla sin contrincantes. Luego, eso sí, ha demostrado en tres días que el marketing se le da de miedo. Es la gran esperanza rosa.
Las cuentas de Susana pasan ineludiblemente por ganarle al PP y convertirse de nuevo en lo que siempre fue el PSOE y ahora no lo es, primera fuerza política en Andalucía. Es un objetivo a su alcance, con los populares sufriendo desgaste nacional e incubando todavía el liderato de Juanma Moreno, pero donde no se sabe a favor de quien va a correr el tiempo. El pollo puede echar espolones y las gentes empezar a sentir que Rajoy, al fin y a la postre, va sacando al país de la ruina. Eso suscita una primera duda y un impulso. Hacerlas cuanto antes. Pero ¿cuándo?. Las europeas están encima y las municipales y autonómicas a un año vista, meterse entre medias no deja de quedar bastante feo y de un notorio oportunismo y despilfarro. Queda hacerla al tiempo que las locales y juntarse con la mayoría de las autonómicas (las andaluzas iban junto con la generales pero Griñan se olió, bien olido, el castigo y retrasó las suyas) y eso parecería más razonable. O ya esperar a los comicios generales.
Pero para mi que ahí no llega la partida. Ni de broma aguanta Susana. Ni, que esa es otra, quizás tampoco Izquierda Unida. Porque para los suyos, para su parroquia, no han salido en absoluto mal parados. Han sido los vencedores y están marcando la línea divisoria. Si Susana quiere ser señora de respeto y de centrarse, ellos se le comen la tostada por la izquierda. La jugada a dos manos con que tanto tiempo han jugado los socialistas y tantas veces se la han metido doblada no tiene visos de seguir colando. Han ido marcando un territorio y han acotado poderes. Tienen doce diputados y aspiran a incrementar ese número. ¡Ah! Y ya no manda Valderas. Quien manda es Maíllo. Y ha demostrado que jugar, juega duro.