Carlos Carnicero.- El etarra, el zulo y las costillas

MADRID 9 Ene. (OTR/PRESS) -

Es una noticia excelente que hayan sido detenidos dos etarras 'liberados' -es decir, profesionales del crimen- cuando llevaban armas y que hayan podido ser reducidos por la Guardia Civil sin que hayan tenido la oportunidad de emplearlas.

Como consecuencia de estas detenciones y de los registros correspondientes, las Fuerzas de Seguridad han descubierto un zulo administrado por los etarras en el que había explosivos y detonadores para fabricar bombas. Se ha evitado sin duda que estos individuos pudieran realizar atentados terroristas y, previsiblemente, con ello se han salvado vidas humanas.

El etarra Igor Portu está hospitalizado por las lesiones sufridas en el momento de su detención. Existe una versión oficial de los hechos que revela que el terrorista tuvo que ser reducido por la fuerza y que como consecuencia de esa acción se produjeron las lesiones referidas. El juez ordenó el correspondiente examen forense y como consecuencia de la decisión médica, la hospitalización del terrorista para recibir asistencia médica.

En principio, salvo que las autoridades judiciales manifiesten en sus resoluciones otra versión de los hechos, la circunstancia de que un terrorista al ser detenido sufra contusiones, hematomas y la fractura de una costilla entra dentro de la lógica de una pugna de las Fuerzas de Seguridad con un terrorista armado. Si los hechos fueran distintos, tiempo habrá para exigir responsabilidades si algún miembro de la Guardia Civil hubiera incumplido las normas y los protocolos establecidos para estas actuaciones.

Es indudable que el mundo abertzale radical intentará explotar la versión de que el etarra hubiera sido maltratado en su detención. Forma parte de la lógica de la lucha terrorista. Pero los demócratas, todos los demócratas, tenemos que apoyar a nuestras Fuerzas de Seguridad hasta el momento mismo en que un juez establezca que no se actuó como se exige en un estado de derecho.

Carlos Carnicero