Actualizado 23/11/2012 13:00

Carlos Carnicero.- A propósito del PSOE.

MADRID 23 Nov. (OTR/PRESS) -

Cena distendida en Buenos Aires con un pequeño grupo de militantes socialistas jóvenes españoles. Viven o tienen relación con la Argentina, pero siguen vinculados de forma intensa con la política española.

Un consenso básico. Después de las elecciones catalanas y si se confirman los pronósticos para el PSC, Alfredo Pérez Rubalcaba tendrá que dimitir y ponerse en marcha un proceso de congreso extraordinario. No se trata solo de elegir secretario general, sino de reformular ideológicamente el socialismo y elaborar un proyecto político y un relato. Única forma de que el PSOE encuentre su lugar en la sociedad española del siglo XXI.

Me agradó comprobar que no están obsesionados con encontrar un nombre para que sea la solución. Ya están descartados, para ellos, Carma Chacón, de la que además dicen que no tendría ni el apoyo del PSC, el propio Rubalcaba. Patxi López, según dicen ellos, no está dispuesto a ser una opción.

Me gusta la metodología: primero un programa y un proyecto y después un líder que lo pueda conducir. Tienen miedo de que surja un nuevo invento como Zapatero. Los ciervos blancos se convierten en lobos que fagocitan el partido.

La revolución tiene que ser tan profunda como para trasformar a los dirigentes en servidores del partido y no como ocurre ahora, que son consejeros delgados con poderes ilimitados en cada uno de los territorios donde ejercen virreinatos.

El modelo organizativo ya no sirve. Más participación, gobierno abierto del partido e integración activa de los militantes a través de las redes.

Hay que usar muchos ordenadores y muchas menos "casas del pueblo". Me atreví a sugerirles que los dirigentes socialistas tenían que hacer psicoanálisis para quitarse la obsesión de que les quieran los banqueros. Se tienen que desclasar de una aristocracia que solo les quiere por interés y que éste está disociado de los intereses de los ciudadanos.

Es una larga marcha para evitar la deconstrucción y crear un socialismo del siglo XXI. Tardará, pero me parece un proyecto apasionante. Tengo mis dudas de que las esencias actuales del partido se hagan el harakiri y permitan esta transformación.

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