Actualizado 26/03/2010 13:00

Carlos Carnicero.- Salvar a Grecia es salvar a la Unión.

MADRID 26 Mar. (OTR/PRESS) -

Es cierto que los gobiernos conservadores griegos, con ayuda de entidades financieras internacionales, falsificaron las cuentas para esconder sus déficit. Una vez más, la política electoral de algunos partidos les invitó a hacer trampa para fingir lo que no eran. Deben pagar por ello los responsables, tanto políticos como financieros. Pero no se pueden traspasar esas responsabilidades el pueblo griego.

Se entiende que los países más poderosos de Europa tengan reticencias a seguir practicando la solidaridad. Alemania ha tenido años muy difíciles como locomotora Europea. Los españoles sabemos, probablemente mejor que nadie, lo que significaron para nuestro desarrollo y nuestro crecimiento económico los fondos de cohesión de la Unión Europea.

Ahora llega el turno de rescatar a Grecia de su situación, porque no se trata sólo del futuro de ese país sino del conjunto de la Unión Europea y su credibilidad como proceso sostenible. En ese sentido, la posición del Gobierno de España, que es presidente de turno de la Unión Europea, es impecable, al presionar a Alemania para decidir cuanto antes una ayuda para que la deuda griega no termine devorando la economía de ese país y arrastrando en su caída al euro.

Al mismo tiempo, es imprescindible que los controles económicos de la Unión sean mucho más estrictos y detecten los problemas en el tiempo que se producen. Las decisiones que se adopten en la cumbre europea serán determinantes del futuro de Europa y España tiene que apostar por la solidaridad que es también una apuesta por la idea fundacional de Europa.

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