Publicado 26/03/2014 12:00

Carmen Tomás.- Añoranza de pactos

MADRID 26 Mar. (OTR/PRESS) -

El fallecimiento de Adolfo Suárez ha traído a la memoria de millones de españoles una forma de hacer política y de estar en la política. Muchos son los que con su presencia en el Congreso y en las calles de Madrid han querido enviar un mensaje a los partidos políticos: ojalá pudiéramos recuperar la etapa de consensos que supo liderar el presidente Suárez. Uno de ellos, los Pactos de la Moncloa. En el recuerdo, cómo en una España que dejaba atrás una dictadura, una España aislada y con una inflación salvaje pudo arrancar a todos un pacto para sacar a este país de la crisis económica y modernizar la economía. Y cómo ahora, en una de las crisis económicas más graves que hemos vivido, no ha habido generosidad y altura de miras para buscar entre todos la mejor manera de sacarnos adelante. Entristece recordar cómo ya en 2007 y 2008, el gobierno socialista negaba la crisis y tomaba medidas que ahondaban en ella. Nadie en el PSOE quiso ver la que se nos venía encima o peor, nadie quiso olvidarse del poder, del partido o de su posición, por el bien de España. No digamos ya los que ahora, cuando las cosas van mejorando poco a poco, se niegan a verlo y con sus decisiones o declaraciones parece que pretenden que todo empeore. El famoso cuanto peor, mejor. No hay más que ver las miles de manifestaciones, algunas con incidentes realmente violentos, que día a día soportan muchas ciudades españolas -especialmente Madrid- sin importarles a sus organizadores el daño que causan a los negocios y al turismo.

No parece que la apelación al consenso, que la imagen de unidad que hemos visto estos días vaya a durar mucho. Y es una desgracia. Entonces, los españoles demostraron que unidos podían con todo. Ahora, no nos vendría mal algo parecido y sin embargo los representantes de la izquierda en el Congreso o de los sindicatos mayoritarios ni siquiera se desmarcan de la violencia o de las peticiones enloquecidas de los convocantes de algunas de estas manifestaciones. Peticiones que van desde dejar de pagar la deuda hasta echar a los que han sido elegidos. Una pena, porque lo que más deseamos los ciudadanos es salir de esta larga y penosa crisis económica, que además viene unida a una crisis institucional de caballo, en la que algunos parecen empeñados en romper España. Ojalá no esté del todo perdido el legado de Suárez, aunque haya tenido que morir para que muchos lo reconocieran.

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