MADRID 14 May. (OTR/PRESS) -
Los datos positivos sobre distintas variables de la economía española se van sucediendo. Da igual que hablemos de exportaciones, de comercio o incluso de venta de pisos, como ha ocurrido en marzo con un aumento de casi el 23 por ciento. Hemos sabido también que 3.000 ayuntamientos tienen sus cuentas equilibradas y que gracias a la mejora de los intereses de la deuda de España, la prima ya está en 147 puntos, las Comunidades Autónomas y entes locales han conseguido ahorrarse 20.000 millones gracias al FLA y no acudir directamente a los mercados lo que era para casi todas o bien imposible o bien carísimo. Sin ningún matiz, son muchos datos ya los que van marcando la clara recuperación de la economía española.
Lo han dicho multitud de organismos oficiales, servicios de estudios y empresarios que han subido sus previsiones sobre el crecimiento de España. Es verdad que al tiempo han pedido que se sigan con las reformas de calado, entre ellas la fiscal y de las Administraciones Públicas. Y hay que añadir la lucha contra corrupción que como poco se lleva 4 puntos de PIB, unos 40.000 millones de euros. Y estoy de acuerdo. Hay que estar de mejor ánimo, pero no caer en la complacencia. Se ha hecho un gran esfuerzo para reconducir un país quebrado. Todos lo hemos hecho por la vía de los salarios, de los impuestos y del valor de nuestras casas. La devaluación interna ha sido atroz. Pero es que no hay otra forma de salir de las crisis, cuando otro tipo de armas no están en nuestras manos.
Decía hace unas horas la directora del FMI que los mensajes optimistas son perjudiciales. Pues mire señora, lo son si no están basados en datos reales. Sería bueno que se mirara los datos de hace apenas dos años y los de ahora. Cuando un país lleva casi 7 años de crisis, con mucho sufrimiento encima, se le puede dar esperanza y así lo reflejan las últimas encuestas sobre sentimiento y expectativas de presente y futuro. Estamos mejor y hay que decirlo. Tan malo es lo que usted dice como el pesimismo sin más. Hay que empezar a decir porque así lo avalan las cifras que estamos mejor, que hay que seguir la senda emprendida y que el esfuerzo empieza a dar frutos. Una institución que ni vio la crisis, ni ha ayudado a resolverla, se lo debe hacer mirar. Este país ha salido por sus propios medios, con más paro que otros por el modelo productivo del ladrillo, y esto es una desgracia. Sin embargo, esto está cambiando y será lento y aún doloroso para muchas personas, pero sabe lo que le digo señora Lagarde que el pesimismo solo lleva a más pesimismo.