MADRID 13 Ene. (OTR/PRESS) -
El PSOE lleva gobernando en Andalucía desde siempre, es decir, más de treinta años, lo cual no parece que sea ni lo más recomendable ni lo más saludable para el sistema democrático. Las posibilidades de corrupción, nepotismo, feudalismo y todos los "ismos" que se quieran añadir cuando un partido, sea el PSOE o cualquier otro, se perpetúan en el poder, se multiplican de forma exponencial. Eso es lo que está sucediendo en esta comunidad autónoma que tiene el índice de paro más alto y que cuenta además con bastantes casos de corrupción, de los que el caso de los ERE's falsos y de los chóferes y algún que otro alto cargo empleando el dinero recibido en consumo de cocaína y lugares de alterne es solo un capítulo más de una larga lista.
El próximo 25 de marzo los andaluces tendrán la oportunidad de cambiar este estado de cosas. Para ese domingo -en el pórtico de la Semana de Pasión, que ya son ganas de recrearse en la suerte- el actual presidente de la Junta de Andalucía, el socialista José Antonio Griñán, ha convocado la celebración de las elecciones autonómicas. Para el PSOE, el objetivo es mantener este bastión histórico que, insisto, llevan gobernando desde que hay democracia. Si lo pierden, solo los quedará, y por poco tiempo, el País Vasco, donde al lehendakari López, sostenido de manera más que discutible después de todo lo que ha hecho por el PP, solo le queda un año de mandato, ya que en la primavera del 2013 a más tardar las urnas le expulsarán de Ajuria-Enea para dejar paso a un lehendakari o del PNV o de Amaiur.
Pero volviendo a Andalucía, si el PSOE se la juega, el PP está ante la oportunidad de su vida de llegar al poder en una comunidad autónoma en la que nunca ha gobernado. Ha ganado con bastante margen en las elecciones generales y en las municipales. Gobierna en las capitales de provincia, incluida Sevilla, pero le falta llegar al Gobierno de la Junta. El candidato es un "perro viejo", Javier Arenas Bocanegra, curtido ya en mil batallas políticas.
Las elecciones en Andalucía llegan en un momento muy delicado para el PSOE, sin proyecto, sin líder, con un Congreso en ciernes que está propiciando ya una batalla interna bastante fraticida. Confían en que el citado Congreso -que se celebrará en Sevilla el primer fin de semana de febrero- sirva como pistoletazo de salida para intentar ganar las elecciones andaluzas. Para ello también confían en el desgaste que las primeras medidas económicas de ajuste del Gobierno de Rajoy -subida de impuestos incluida- sirvan para desgastar al PP y que este partido llegue a la cita con las urnas andaluzas un poco "tocado" ante la opinión pública. Los populares saben que si quieren gobernar en Andalucía deben de ganar por mayoría absoluta, porque de lo contrario, la alianza PSOE-IU seguirá funcionando. La solución el 25-M.