Actualizado 14/05/2010 14:00

Cayetano González.- Camps como problema.

MADRID 14 May. (OTR/PRESS) -

Quien le iba a decir hace dos años a Rajoy -cuando tras la derrota sufrida en las elecciones generales de marzo de 2008, Francisco Camps se convirtió en uno de sus principales valedores junto al andaluz Javier Arenas- que ahora, el político valenciano iba a ser uno de sus principales quebraderos de cabeza debido al proceso judicial abierto contra él dentro del conocido como caso Gürtel.

Es verdad que, hoy por hoy y tal como está el PSOE en la Comunidad Valenciana, el PP gana de calle las elecciones autonómicas en dicho territorio aunque ponga como candidato al más tonto de la clase. Pero el problema de fondo no es ese. El problema es que si Rajoy quiere ser consecuente con su rotunda manifestación de hace unas semanas en el sentido que aplicaría tolerancia cero con los casos de corrupción, tiene muy difícil en estos momentos volver a aplicar su "estrategia" favorita cuando tiene un problema: ponerse de perfil y confiar que el tiempo vaya arreglando las cosas, cuando es sabido que normalmente sucede todo lo contrario; es decir, que si no se coge el toro por los cuernos, los problemas se acaban pudriendo.

Estoy personalmente convencido que, aparte que le asiste la presunción de inocencia, Francisco Camps no ha incrementado de forma ilegal su patrimonio ni un solo euro desde que está en política y específicamente desde que preside la Generalitat Valenciana. Es decir, creo que Camps es una persona honrada. Cuestión distinta es que, haya administrado muy mal la crisis creada a partir de que se destapara lo del posible regalo de tres trajes y algunas conversaciones telefónicas con los de la trama Gürtel -el "amiguito del alma" y el "te quiero un huevo hijo puta"- amén de que las investigaciones judiciales en curso determinen en su momento si ha habido en algún momento financiación irregular del PP en la Comunidad Valenciana lo cual también afectaría políticamente a Camps al ser el presidente regional de su partido.

Está muy claro que una cosa son las responsabilidades penales y otras, las políticas. Las primeras las tienen que dilucidar única y exclusivamente los tribunales. Para solventar las segundas, no hace falta esperar a una sentencia firme. Hay comportamientos, situaciones, que exigen por parte de los responsables políticos una rápida y contundente respuesta si no se quiere caer en una contradicción entre lo que se dice -declaraciones, códigos éticos, etc- y lo que luego se hace. Francisco Camps tendría que pensar muy seriamente si lo mas inteligente y adecuado es seguir adoptando una posición de resistencia numantina como por la que claramente ha optado, haciéndose quizás un daño innecesario a si mismo y a su partido. Y Rajoy se seguirá equivocando si se quita de en medio y se sienta en su sillón de la calle Génova a esperar y a ver que hace su barón territorial. La gente podrá seguir pensando, y con razón, que si alguien que no es capaz de tomar decisiones en momentos delicados, está capacitado para asumir el gobierno de España.

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