Publicado 24/12/2013 12:00

Cayetano González.- Defensa del no nacido

MADRID 24 Dic. (OTR/PRESS) -

Todas las personas, asociaciones, colectivos, partidos políticos que se han manifestado -algunos de forma muy virulenta- contra el anteproyecto de ley de reforma de la actual legislación sobre el aborto aprobado por el Gobierno en el último Consejo de Ministros hablan de un ataque a los derechos de la mujer, a su libertad, a su capacidad de decisión. Pero ninguna de esas voces críticas dice nada sobre los derechos de la criatura que hay dentro del vientre de la madre, un ser absolutamente indefenso, pero que tiene todo el derecho a poder vivir. En definitiva, ¿donde queda la defensa del no nacido?

En España se practica de media un total de 120.000 abortos al año. Es decir, cada día se destruyen 329 vidas humanas. Esta es la auténtica, dura y terrible realidad que supone el aborto, aunque para algunos pueda resultar mas cómodo no verla o no querer enfrentarse a ella. Por eso, lo primero que habría que decir sobre la reforma que ha presentado el Gobierno es que es un acierto haber suprimido que el aborto sea un derecho de la mujer. No, no lo es. Eso era una barbaridad que consagró la conocida como ley Aido aprobada por el Gobierno de Zapatero en el 2009 y que en la práctica suponía el aborto libre.

La cuestión del aborto es muy seria porque está íntimamente ligada a la defensa de los derechos humanos, de los cuales, el principal, el mas sustancial, es el derecho a la vida. No hace falta tener unas convicciones religiosas profundas para darse cuenta de esa realidad. La oposición al aborto no es una cuestión de fe como algunos pretender argumentar para intentar descalificar o banalizar esa posición. La sociedad, los poderes públicos tienen que facilitar y proporcionar alternativas y ayuda a aquellas mujeres que en situaciones extremas, por ejemplo los casos de violación, quieren abortar. De hecho ya existen varias organizaciones en nuestro País que ofrecen esa ayuda a las mujeres o incluso facilitan la adopción de esas criaturas que están en fase de gestación.

Y en cualquier caso, lo que no es admisible desde ningún punto de vista es esa supuesta superioridad moral que la izquierda pretende arrogarse cuando se plantean reformas o debates de este tipo. De ninguna de las maneras es mas progresista estar a favor del aborto que del derecho a la vida del no nacido. El PP llevaba en su programa electoral esta propuesta de reforma de la ley del aborto. Tuvo once millones de votos y lo que ahora ha hecho es cumplir con esa promesa electoral que por cierto conecta como es obvio con gran parte de su base social. ¿O es que sólo la izquierda tiene derecho en este País a intentar influir en el modelo de sociedad cuando se está en el Gobierno?

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