Actualizado 03/09/2010 14:00

Cayetano González.- El otoño de Zapatero.

MADRID 3 Sep. (OTR/PRESS) -

Conseguir antes del 20 de octubre el apoyo de los nacionalistas del PNV para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene y no tener que convocar elecciones generales anticipadas; soportar la huelga general que sus amigos de UGT y de CC.OO. han convocado para el 29 de este mes para protestar por su política de recortes sociales; esperar al 3 de octubre para saber si su candidata preferida, Trinidad Jiménez, gana las primarias en el PSOE de Madrid a Tomás Gómez, el candidato que osó hacerle frente al no atender su requerimiento de que se retirara para dejar paso a la ministra; afrontar las elecciones en Cataluña a finales de noviembre con la certeza de una derrota electoral del PSC y el consiguiente relevo de Montilla por el convergente Artur Mas.

Este es el panorama poco alentador que le espera a Zapatero para los próximos tres meses, a lo que habría que añadir la casi segura cascada de datos negativos en lo que afecta a la crisis económica -hoy se ha sabido que el paro volvió a subir en 61.083 personas el pasado mes de agosto- y una posible "tregua" de la banda terrorista ETA que con toda seguridad no será ni sincera ni definitiva y que sólo buscará intentar colar a su brazo político en las elecciones municipales del próximo mes de mayo. Una "tregua" que obligará al Presidente a retratarse ante la opinión pública en una cuestión en la que su credibilidad está muy tocada, ya que negoció políticamente con ETA en la pasada legislatura y todo apunta a que en la actualidad lo sigue haciendo a través de mediadores internacionales.

El escollo de más enjundia que tiene que salvar Zapatero en las próximas semanas es el de lograr el indispensable apoyo del PNV para poder aprobar los Presupuestos para el año que viene. Si no lo lograra, en puridad democrática el presidente debería disolver las Cortes y proceder a convocar elecciones generales. Consciente de esta situación de debilidad en la que se mueve el presidente, el PNV va a apretarle todo lo que pueda y de paso desgastar políticamente al lehendakari socialista Patxi López. Habrá que ver hasta dónde está dispuesto a ceder Zapatero a un PNV, que como cualquier partido nacionalista, suele ser insaciable en sus peticiones.

Con todas las encuestas electorales en contra; con una situación económica que no muestra de momento elementos de recuperación a corto plazo, la estrategia lógica de Zapatero es aguantar y ganar tiempo, en la confianza de que este corra a su favor. Por eso, la posible derrota de su candidata en las primarias del PSOE de Madrid o el previsible bacatazo electoral en Cataluña o la también previsible pérdida de poder en las elecciones autonómicas y municipales del año que viene serán jirones que el actual inquilino de la Moncloa se irá dejando en el camino, pero ninguno de ellos será "mortal de necesidad". Zapatero piensa que su mejor baza electoral es que Rajoy siga siendo el candidato del PP. Aunque por la caída en picado en la confianza de los españoles en el actual presidente, los populares también pueden pensar que lo mejor que les puede pasar es que el PSOE no cambie de candidato. Es decir, como señalaba recientemente el semanario inglés "The Economist", las elecciones en España las ganará aquel partido que se desprenda antes de su actual líder.

Últimas noticias sobre estos temas

Contenido patrocinado

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Sánchez, al fin, sale a la ofensiva, pero ¿qué ofensiva?

Foto del autor

Antonio Casado

Memoria de Rubalcaba

Foto del autor

Fermín Bocos

Annus horribilis

Foto del autor

Charo Zarzalejos

Castillo de naipes