Actualizado 09/04/2013 14:00

Cayetano González.- El rayo que no cesa.

MADRID 9 Abr. (OTR/PRESS) -

Como si de una maldición bíblica se tratara, España vive azotada desde hace bastante tiempo por un clima político y social que genera desesperanza, desasosiego y pesimismo en una sociedad que ya de por si está muy castigada por una crisis económica que tiene dos expresiones dramáticas: cinco millones de parados y mas de un millón y medio de familias en que ninguno de sus miembros genera ingresos.

Las malas noticias, relacionadas en un tanto por ciento muy elevado con los casos de corrupción o con las más altas Instituciones del Estado, se relevan unas a otras a la velocidad del rayo. Si durante unas semanas fueron las andanzas de la familia Pujol las que coparon los titulares de los medios de comunicación, a continuación fue la princesa Corina la que cogió el testigo, con declaraciones y fotos en diversos medios que provocaron estupefacción en la opinión pública por algunas de las cosas que decía. No tardó mucho en ser sustituida por el escándalo de los ERES falsos de la Junta de Andalucía. Mientras tanto la sombra del caso Bárcenas ha seguido estando siempre ahí, bloqueando a la dirección del PP que lleva más de un mes evitando las comparecencias públicas para no tener que dar mas explicaciones sobre su extesorero.

Cuando se creía que ya no era posible mas presión en una atmósfera ya de por si bastante cargada, el juez del caso Nóos imputa a la Infanta Cristina, creando el consiguiente y lógico revuelo porque la hija del Rey no es, a efectos de la opinión pública, una ciudadana más, aunque es deseable que lo sea ante la ley. El hecho es que todo, absolutamente todo, está en cuestión, empezando por la Jefatura del Estado y por el sistema de Monarquía parlamentaria del que los españoles nos dotamos con la Constitución de 1978. ¿Esto es bueno? Indudablemente no, porque un país no soporta por mucho tiempo este estado de cosas.

El problema es que no se atisba en el horizonte un mejoramiento de la situación. En parte porque faltan personas con la suficiente capacidad de liderazgo para sacarnos de esta crisis. El actual presidente del Gobierno puede tener otras virtudes, pero no la del liderazgo y el carisma. Qué decir del jefe de la oposición, que bastantes problemas tiene para mantenerse como líder de su propio partido. También faltan en estos momentos líderes en otros campos: en la cultura, en la economía, en la sociedad en general. Los españoles solo vibran y se relajan con los triunfos deportivos de sus equipos preferidos o de la selección nacional en deportes como el fútbol, baloncesto, balonmano. Reconozcamos que eso es pan para hoy y hambre para mañana. Se dice que después de llover siempre escampa, pero lo que sucede es que uno mira al cielo y lo único que ve de momento son nubarrones negros, muy negros.

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