Actualizado 23/09/2010 14:00

Consuelo Sánchez-Vicente.- Somos nuestros valores.

MADRID 23 Sep. (OTR/PRESS) -

Están los intereses, de las personas y de los países, el vil metal, que en tiempos de crisis económica generalizada como los que vivimos hacen aflorar los egoísmos nacionales y destierran a los márgenes de la agenda política la solidaridad y cuanto de bello y bueno ha construido la humanidad, empujados por el instinto de supervivencia de los países. Y eso con suerte porque, cuando no la hay, te topas con que ¡Francia! expulsa a los gitanos -por ser gitanos, ojo- y en un alarde de corporativismo gremial digno de mejor causa, todos los jefes de gobierno del club, los 26, incluido nuestro superprogre ¡Zapatero!, apoyan a Sarkozy, frente a la, para mí, más que pertinente y acertada reprimenda de la comisaria Reding. Que no insistan en la expulsión es por no tener papeles, no cuela, que no anuden al atropello la mentira. Y bravo por Reding, que ha tenido el coraje de ponerse por montera las conveniencias diplomáticas y decirle a la cara a nuestro amigo Sarkozy, a quien tan agradecidos estamos por su ayuda contra ETA, lo que tantos pensamos: que se ha equivocado

Los intereses tienen su sitio y un sitio importante, cómo no, pero si hasta en este minúsculo pedazo de lo más parecido al cielo que hay sobre la tierra, en la Unión Europea, se olvida que la fuerza moral de nuestra civilización, esta democracia que pese a sus imperfecciones disfrutamos, es un sistema de valores y de principios o una triste farsa, es que hemos perdido la brújula y vamos cuesta abajo y sin frenos hacia la barbarie.

Si vas a Nueva York a pedir en la ONU que no se olviden los Objetivos del Milenio, el hambre por lo menos, lo más bonito que te llaman los realistas es utópico; pero si vas a ponerte de alfombra y a hacerle la pelota a los grandes especuladores y tiburones de Wall Street para, que por favor, por favor, te perdonen la vida económica y no sigan especulando contra tu país, se considera una acción de Gobierno. No es un por ejemplo, le acaba de ocurrir a Zapatero. Los mismos que se han reído de él y le han ridiculizado por defender que pese a la crisis no hay que cejar en la lucha solidaria contra la miseria y el hambre en un mundo algo menos injusto: es decir, por defender valores; han analizado con toda seriedad la relación entre objetivos y logros y los pros y los contras de los encuentros financieros de alto copete del presidente. Si hay que elegir bando, que vuelven a tocar 'banderías', yo me apunto a los utópicos y los ingenuos. No corren buenos tiempos para la poesía. Pero lo que hemos avanzado como civilización ha sido persiguiendo utopías, la justicia, la igualdad, la solidaridad* los valores sobre los que se asienta (o no existe ) la democracia.

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