Malo es que tres días después del apagón de Barcelona 10.000 vecinos sigan a oscuras porque se cae un cable. Y que para defender "el honor" de los Príncipes el fiscal convierta un dibujillo zafio pero semiclandestino en noticia mundial, también, con "defensas" así ya pueden irse apuntando al paro Felipe y Letizia... Ahora, que jueces como Ferrín Calamita sigan (y sigan, y sigan) administrando Justicia es para huir a Portugal porque, hombre, "manzanas podridas" salen en cualquier profesión, hasta en la Guardia Civil, vean si no el caso del espía traidor Roberto Florez. Pero, ahí acaba la comparación entre espía y juez. La democracia no es perfecta, también se le puede caer "un cable", cómo no, de hecho se le caen cada día. La democracia es una cuestión de "controles", depende de que sus controles internos para separar el grano de la paja funcionen. En el caso del espía esos controles han funcionado. En el del juez, no.
Nunca habíamos tenido un "topo" en el CNI, jamás de los jamases, el "guardia" Florez ha sido el primero. Y a la primera le han "cazado" también. El alcance del daño que el traidor ha podido causar aun está por ver, y también que las pruebas que han servido para detenerle sirvan para condenarle. El Fiscal General del Estado cree que sí, pero, según el jefe del CNI, igual no porque son pruebas obtenidas sin control judicial, por las técnicas del espionaje, o sea, "sin garantías". A efectos prácticos, sin embargo, el traidor ya está fuera de la circulación. El juez, no
Ferrín Calamita "prometía", esto es lo que tiene indignado al personal y desde luego a mi. Mal está que el sistema de separar las "manzanas podridas" de la Justicia de las "sanas" pase - como pasa salvo en los casos muy graves - por cambiarlas "de cesto", pero que la endogamia judicial llegue al dislate de hacer juez "de familia" a alguien que en los años ochenta encarceló a dos muchachas por hacer "top less" en una playa ¡nudista! yo creo es tentar mucho la suerte, poner en manos de un juez "así" algo tan delicado como los conflictos "de familia" solo puede acabar en "apagón", son ganas de que se nos caigan de golpe todos los "cables" de la Justicia. La moraleja es obvia: jueces "con los cables cruzados" no hay muchos, por suerte, pero si en esos casos lo único que puede hacer el Consejo General del Poder Judicial es "trasladar" el problema de sitio, de un juzgado a otro, mejor nos lo ahorramos. El CGPJ, si: todos a su casa. Con sus sueldos y los de los ministros que según la vice De la Vega "sobran", da casi para los 2.500 euros por niño de Zapatero. A costa del erario público, que no se sigan riendo de nosotros llamándole a "eso" Justicia.
Consuelo Sánchez-Vicente.