Fermín Bocos.- Encuentro en Moncloa.

MADRID 20 Dic. (OTR/PRESS) -

La idea de la entrevista con Rajoy fue del propio Zapatero. Hacía casi nueve meses que no se hablaban hasta la semana pasada en el Congreso cuando el presidente se acercó al líder de la oposición para darle el pésame por la muerte de Loyola de Palacio. Las imágenes de la recepción del día de la Constitución fueron tan elocuentes como significativas: durante veinte minutos estuvieron a menos de medio metro el uno del otro y ni se saludaron.

La iniciativa, ya digo, ha sido de La Moncloa. Se van a ver para -según ha dicho Zapatero en Nueva York -, analizar cómo están las cosas en España vencida como está ya algo más de la mitad de la legislatura. Que el día elegido para el encuentro haya coincidido con la fecha dada por la ETA para formar la llamada "mesa de partidos" -como condición para seguir en el proceso-, es probable que no tenga una relevancia especial. En el Gobierno se da por hecho que pese a los episodios de violencia callejera registrados en los últimos días en el País Vasco (la llamada "kale borroka"), la ETA no va a romper el "alto el fuego".

Ésa convicción podría estar trabada en alguna comunicación reciente con la dirección de la banda terrorista. Cabe pensar que Zapatero compartirá los detalles de la situación con Rajoy. Del líder conservador lo esperable es que reitere los argumentos de su partido para oponerse al proceso: no al reconocimiento del derecho de autodeterminación y no a la inclusión del futuro político de Navarra en las negociaciones. ¿A quien beneficia el encuentro? Pues dada la permanente añoranza cainita que subyace en la política española, la entrevista, en sí misma debería ser considerada como un hecho neutro. Normal en situaciones de juego democrático normal, ... pero estamos en España, así que aquí las cosas tienen otro significado. No parece que el encuentro de La Moncloa haya sido recibido como un regalo de Navidad por parte de las respectivas parroquias. Ya digo que estamos en España.

Fermín Bocos.