MADRID 10 Feb. (OTR/PRESS) -
Finalmente, las negociaciones salariales entre empresarios y trabajadores cuentan ya con un marco de referencia largamente esperado. Finalmente, los dirigentes de CC.OO., UGT y CEOE se reunieron en la tarde del lunes y cerraron el acuerdo de convenios, que debe marcar las líneas generales para este año y los dos próximos, aunque en estos siguientes años podrían admitirse elevaciones algo mayores en función de cómo evolucione la economía nacional. El acuerdo, es evidente que responde a la situación económica global de crisis por la que atraviesa el país y que ha provocado que pasen a las listas de parados más de cuatro millones de trabajadores.
El acuerdo alcanzado entre los interlocutores sociales ha permitido, además, según los cronistas laborales, que se inicien ya las primeras aproximaciones para la reforma laboral cuyas principales líneas maestras las dio a conocer el jefe del Gobierno el pasado viernes, tras su aprobación por el Consejo de Ministros. Esa reforma laboral hasta ahora no era posible abordarla precisamente a la espera de que se resolviera este asunto previo de la negociación salarial para el presente año y los siguientes.
El acuerdo entre los interlocutores sociales son, preferentemente, recomendaciones para que se efectúen subidas salariales modestas, desde este mismo año y que podrían ir creciendo, según se confía, en los años que vienen. Para este año, en concreto, la fórmula decidida determina que llegará hasta el 1 por ciento. Pero queda por concretar la subida en cada caso, en cada empresa o sector de actividad.
Cuando la economía empieza a remontar, cosa que se espera que se produzca a partir del segundo semestre de este año, se cree que las mejoras salariales se podrán situar entre el 1 y el 2 por ciento, en 2011, y entre el 1,5 y el 2,5 por ciento para 2012. Cabe recordar que, con anterioridad a este entendimiento, el Banco Central Europeo ya había expresado que se tomara como referencia el 2 por ciento, más productividad y cláusulas de revisión salarial. Conviene recordar que la inflación en 2009 llegó al 1,1 por ciento, después de haber sido negativa en la mayor parte del año y sólo haber remontado en el último trimestre, eso sí, con avances que preocuparon a más de uno.
Salta a la vista que los interlocutores del acuerdo han sido sensibles a la situación económica por la que se atraviesa y han moderado sus aspiraciones, hasta situarlas en ese 1 por ciento "máximo". ¿Preocupa ahora mismo a los trabajadores que su salario pueda crecer más o menos el 1 por ciento? Parece que, más bien, a los trabajadores preocupa su propio mantenimiento en el puesto de trabajo y la garantía de que la empresa misma pervivirá a la crisis. Lo primero, en efecto, es salir de la crisis, y también está entre las prioridades a resolver la edad de jubilación, que a las centrales sindicales ha molestado sobremanera. Pero, de igual modo, debiera estar entre las preocupaciones de esa negociación de los convenios el modo del que una empresa se consolida en los mercados, mediante planes de I+D+i, propuestas de crecimiento a medio plazo, formación de trabajadores..., algo que no aparece siquiera en la mesa de los agentes sociales.
Pero es evidente que "lo urgente" impide abordar lo conveniente y necesario. Y lo urgente es la supervivencia. El resto tendrá su tiempo, más adelante...