MADRID 19 Jun. (OTR/PRESS) -
Termina el semestre de presidencia española de la Unión Europea y han sido muy escasas las celebraciones que este hecho merece. Más bien, han sido seis meses de extraordinaria tensión para las autoridades españolas, alcanzadas por rumores y especulaciones frecuentes sobre la deuda y la necesidad de afrontar un rescate o una ayuda comunitaria. Sin embargo, sí hace su propio balance, y claramente positivo, el ministro de Fomento, muy a menudo portavoz del Gobierno. Dice Blanco: "Cerramos una presidencia de la Unión Europea que, cuando se vea con perspectiva histórica, será reconocida como el mayor avance en el gobierno económico de Europa". Con esta afirmación celebra el ministro de Fomento, el apoyo de los líderes europeos a las reformas emprendidas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y las medidas adoptadas por el Consejo Europeo, como la tasa bancaria.
En un entrevista en el programa Los Desayunos de TVE, Blanco defiende las decisiones del Ejecutivo y afirma que hay que transitar por un camino difícil pero necesario. "Estamos en el tránsito a una nueva era", argumentó para justificar la acción del Gobierno, al que calificó en varias ocasiones de "reformista". De hecho, Blanco no cree que la reforma laboral, la más que probable reforma del sistema de pensiones, la reducción del gasto social o la congelación de las pensiones, supongan abandonar la posición de izquierdas. "Somos de izquierdas pero somos responsables y decidimos más allá del populismo de pacotilla de otros", dijo para justificar unas medidas que aunque "dolorosas son inevitables". ¿Suponen esas medidas dejar un tanto de lado el Estado de bienestar? Según Blanco, no: muy al contrario, lo refuerzan. "Cuando hablamos de cambiar el sistema de pensiones, lo que hacemos es asegurar el futuro del Estado de bienestar, garantizar que dentro de 30 años se pueda seguir cobrando una pensión. O vamos por este camino o las dificultades serán mayores". El principal problema para Blanco es, sin embargo, uno: "Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Tendremos que acostumbrarnos a ser más pobres; todos tendremos un poco menos, los ciudadanos y las administraciones", respondió cuando le preguntaron por los recortes adicionales en 2011, que la UE pidió el otro día a España. No concretó dónde se meterá la tijera.
Blanco no ahorró críticas al PP: "Todo el mundo en Europa avala nuestra política, todos menos Mariano Rajoy. Él es el mayor activista dentro y fuera de España para buscar el descrédito de nuestro país. Rajoy quiere llegar a La Moncloa a lomos de la crisis y cree que este es el momento propicio, pero no tiene propuestas". Blanco se atrevió a hacer un pronóstico: "Si Rajoy llega al Gobierno, probablemente tendrá que hacer un ajuste más fuerte de lo que él se cree. ¿Y qué va hacer? Hacerlo y echar la culpa a la herencia recibida". Blanco responsabilizó al PP de los orígenes de la crisis: "¿Por qué España llegó a esta situación? Lo dice la propia UE: una política fiscal errónea desde 1995, que suponía una bajada de impuestos; la burbuja inmobiliaria que se generó, entre otras cosas, por la desgravación por compra de vivienda que instauró el Gobierno de Aznar. Eso es lo que nos condujo a la crisis, y este Gobierno lo ha intentado arreglar eliminando la deducción por vivienda, aprobando la Ley de Economía Sostenible".
En cuanto a la reforma laboral, Blanco mantuvo el discurso oficial: la reforma es necesaria, no abarata el despido, sino que busca la estabilidad en el empleo y acabar con la precariedad. Recriminó al PP "su ambigüedad" y le invitó a hacer sus propias propuestas. También confirmó que, aunque la reforma ya ha entrado en vigor, el Congreso la tramitará como proyecto de ley "por coherencia". Blanco ha vuelto a ejercer de "traductor de las intenciones y propósitos de Zapatero".