MADRID 14 Sep. (OTR/PRESS) -
Ha dado comienzo la campaña electoral catalana con las celebraciones de la Diada, o Día Nacional de Cataluña, y con las primeras exclusiones de las futuras coaliciones posibles. De entrada, parece que se parte del hecho de que ninguna fuerza obtendrá mayoría suficiente para gobernar en solitario, por lo que todos observan a su alrededor: primero, será preciso ver si cabe un tercer intento por recuperar el tripartito, con Montilla de jefe. El propio Montilla ha sido el primero en referirse a exclusiones de quienes "siguen caminos inadecuados", con clara referencia a ERC. Montilla reacciona de este modo con los propósitos de Esquerra de convocar un referéndum soberanista-secesionista, iniciativa en la que ha coincidido con Convergencia i Unió, cuyo líder, Artur Mas, se propone defender el derecho de Cataluña a convocar ese referéndum sin autorización del Estado. Artur Mas reclama, asimismo, el concierto económico, vieja aspiración catalanista en su propósito de `parecerse a Euskadi en competencias económicas.
De manera que los partidos se van aclarando sobre gustos y preferencias: Montilla no quiere a los soberanistas, y éstos, CiU y ERC, coinciden en propósitos y proyectos. A Montilla tampoco le gustarían entendimientos como los que el PSE tiene en Euskadi con el PP. También le parecen "caminos inadecuados" los que el PP ha venido llevando, por distintas causas, una de las cuales es la política de recursos ante el TC que han derivado en recortes al Estatut. Hacia el PP, los convergentes de Artur Mas guardan una calculada ambigüedad, por lo que pudiera pasar. A lo mejor se hace imprescindible reclamar que Alicia Sánchez Camacho haga de Basagoiti, pero con CiU...
Los dirigentes máximos de Convergencia han comprobado una advertencia en su propio seno. Durán i Lleida ha señalado que si a la tercera volvieran a fracasar sus propósitos de acceder al Gobierno catalán, sería preciso efectuar una revisión profunda a lo que es, representa y realiza CiU en el panorama catalán... Durán, de este modo, advierte y sugiere a su colega Mas, con quien nunca tuvo plenas coincidencias ni mucho menos, total confianza. Por lo demás, también ha habido advertencias desde el PSC de Montilla. Una vez más, ha señalado que en materia de coaliciones y colaboraciones, quien manda en el socialismo catalán es el PSC y no el PSOE, de la misma manera que él se abstiene por completo en participar en la pelea interna del PS de Madrid. Son terrenos amigos, pero ajenos.
Más llamativo ha resultado la advertencia efectuada por Artur Mas, en CiU, y contenida en la ya mencionada propuesta de "una ley de consultas populares" que vendría a cuestionar muy seriamente lo que establece el propio Estatut, que permite al Gobierno catalán convocar referendos siempre y cuando éstos hayan sido previamente autorizados por el Consejo de Ministros. Ese requisito quedó atrás, para Mas y su sigla convergente. Artur Mas, en el mismo propósito soberanista, también vislumbra una consejería de Exteriores "para situar a Cataluña en el mundo", propósito en el que posiblemente también tiene muchas coincidencias con la ERC de Puigcercós y Josep Lluis Carod Rovira. Varias cosas, como se ve, apuntan ya a una futurible colaboración de los dos nacionalismos catalanes, ERC y CiU. En el resto de las fuerzas hay mucha más confusión o ambigüedad, siquiera de momento, y en este punto de partida...