MADRID 17 Nov. (OTR/PRESS) -
El pasado fin de semana fue apreciable la presencia de responsables del PSOE y del PP en la campaña catalana. Todo permite afirmar que los respectivos partidos en Cataluña, el PSC y el PPC, han solicitado ayudas para dar un impulso a unas encuestas en las que los correspondientes candidatos no han quedado demasiado favorecidos ante los convergentes de Artur Mas. De ahí que, por parte del PP, además de enviar a Ruiz Gallardón como refuerzo, el propio Mariano Rajoy se haya mantenido unos días como residente en la Ciudad Condal, acompañando a la candidata Alicia Sánchez Camacho. En el caso del PSOE ha sucedido algo parecido: visitas de Zapatero, Rubalcaba, Jáuregui, Chacón, Aguilar... Todo ello coincidente con la metedura de pata de Joan Puigcercós (ERC), según cuya versión ni madrileños ni andaluces pagan lo que debieran a la Hacienda Pública, frente a unos catalanes acuciados por el Fisco.
Más o menos, de ese modo se resume la situación, a media campaña: Artur Mas sigue con primera posición, pero sin fiarse. Con el temor, eso sí, de que reaparezcan en escena las tensiones internas entre convergentes y unionistas. Mas y Durán discrepan severamente sobre la idea del primero de plantear una consulta independentista a los catalanes, y por ello, el asunto ha dejado de ser mencionado en los mítines de CiU. La eventualidad de que tengan que recurrir al PP para completar sus apoyos y constituir gobierno, también frena a CiU-Mas en esos mismos propósitos. Sánchez Camacho suele recordar a su contrincante que su apoyo no sería gratuito, aunque sueña con poderse ofrecer como Antonio Basagoiti lo hizo en Euskadi con Patxi López, con tal de desbloquear la permanente permanencia en el Gobierno del PNV.
El PP, decidido a convertirse en el "tercero en discordia", tras CiU y PSC, y antes que ERC -aunque las encuestas no están a favor de esta tesis-, también quisiera que su apoyo a CiU eliminara cualquier eventual regreso al tripartito de Montilla y sus "complementarios" de ERC e IU. Estos dos partidos de la izquierda, republicanos de Puigcercós e izquierda de Joan Herrera, están dando muestras de muy considerable debilidad, y posiblemente esa haya sido la razón por la que Puigcercós recurrió a la "movilización exterior" con su proclama de que los catalanes siguen estando perseguidos por el Fisco y pagan más tributos que nadie... Puigcercós sabe bien lo eficaz que suele ser el victimismo en la política catalana. Pero ni siquiera con esos trucos muchas veces comprobados parece que puedan mantener sus anteriores posiciones en el Parlamento de Cataluña.
Por lo que se refiere al PSOE-PSC, es evidente que necesita hacer un esfuerzo extraordinario para que su condición de "segunda fuerza", situada en las últimas tres legislaturas en cabeza del Gobierno por obra de la alianza con la izquierda parlamentaria catalana, siga teniendo posibilidades reales de repetir la jugada, si fuera posible..., aunque se vaya haciendo a la idea de que será preciso que considere otras posibilidades, como la llamada sociovergencia, consistente en un apoyo socialista a los convergentes de Mas y Durán. Esa hubiera sido la gran solución a la que aspiró Zapatero en el comienzo de la legislatura, para obtener, a su vez, la contrapartida del apoyo convergente en el Gobierno del Estado. Ahora pudiera repetirse la posibilidad, y el PSOE no parece dispuesto a echarla a perder...
No queda demasiada campaña, y el esfuerzo aún continuará diez días más. Todos sueñan con reconvertir a su favor las encuestas de intención de voto...