MADRID 29 Jun. (OTR/PRESS) -
Como era predecible, el precio del despido y las razones para despedir se convirtieron en dos de las cuestiones centrales del decreto sobre la reforma laboral, y según todos los indicios, serán también motivo de discordia y debate en la futura ley que se prevé debatir en la Comisión de Trabajo del Congreso en las próximas semanas. Y en ese contexto, llama poderosamente la atención el dato conocido este lunes, según el cual, medio millón de trabajadores fueron despedidos en 2009 en España sin que el empresario adujera causa ni motivo alguno. Así lo afirmó en el Foro de la Nueva Sociedad el presidente del Consejo Económico y Social (CES), Marcos Peña.
Durante su intervención en el citado acto, organizado en Madrid por Nueva Economía Fórum, Peña explicó que esta situación se ha producido por la existencia en España de un "tejido empresarial frágil". En su opinión, esta fragilidad se debe a que existen más de un millón de empresas con menos de cinco trabajadores y sólo unas 4.500 que tienen más de 250 empleados. Asimismo, el presidente del CES añadió que la crisis también está teniendo unos efectos "devastadores" sobre el empleo, y advirtió de que la recuperación será "lenta y no exenta de riesgos". En este sentido, agregó que si España no hace las reformas que son necesarias, "los riesgos de retroceso" en la salida de la crisis "son muy grandes". No obstante, Peña se mostró optimista y aseguró que el país "saldrá de ésta". "Tenemos los mimbres necesarios para transitar por esta línea tan complicada", dijo. También subrayó que la formación actual de los trabajadores es mejor que nunca. "Jamás ha habido generaciones mejor formadas que las que hay ahora", defendió.
Otra cuestión abierta al debate es la posible supresión de la paga de 420 euros a los parados "de larga duración" a partir del primero de enero próximo, cuestión que suscitó en unas declaraciones recientes el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho. Sin embargo, este mismo lunes, Corbacho ha dicho que el Ejecutivo intentará salvar la partida de los 420 euros mensuales para los parados que hayan perdido cualquier otra prestación. Una declaración de intenciones que choca con las palabras que pronunció hace escasamente cuatro días, cuando el propio ministro reconoció que dicha ayuda estaba en peligro, y sometida a debate en el seno del Gobierno. En efecto, el pasado día 24 de junio, durante la reunión de presidentes de Comisiones de Trabajo e Inmigración de los Parlamentos europeos en el Congreso de los Diputados, Corbacho admitió que en el seno del Gobierno tendrá que haber un "debate" acerca de la conveniencia o no de prorrogar los 420 euros a parados.
Sin embargo, este mismo lunes, en una entrevista en Radio Nacional, Corbacho indicó que esta medida está cumpliendo una función social muy importante, por lo que ha asegurado que seguirá defendiendo su mantenimiento "por encima de cualquier otra". "Los ajustes son muy duros, pero espero que no se toque esta partida", dijo Corbacho, quien añadió que no puede garantizar que sea así cuando se hagan los presupuestos para 2011. Sobre las prestaciones por desempleo, el ministro afirmó: "No deberíamos tocarlas de ninguna manera" porque, junto con otros tipos de prestación constituye la red de protección social para quienes se han quedado en el paro sin las cuales "el clima social en la calle sería radicalmente diferente". No obstante, ha dicho Corbacho que cuando España empiece a salir de la crisis, debe hacer una revisión en profundidad de las políticas pasivas de empleo en relación con las activas, recordando que la situación de desempleo es de transición y que, "a veces", ha existido la cultura de que se tiene derecho a la prestación por paro de forma pasiva y estática. En su opinión, si se cobra el paro durante dos años se entra en riesgo de desincentivar la búsqueda de empleo y de que el trabajador se convierta en un parado de larga duración.
La Reforma laboral tiene aún, como se ve, muchos debates pendientes.