MADRID 9 Jul. (OTR/PRESS) -
Según cuenta La Voz de Galicia este jueves, el sigilo con el que Fomento está gestionando el plan de recorte de la inversión, que José Blanco presentará en los próximos días en el Congreso, es proporcional a la inquietud que genera en la Xunta la certeza de que la tijera obligará a posponer proyectos estratégicos para la región. El propio ministro confirmó este miércoles en Asturias el primer aplazamiento por ese motivo, que afectará a la autovía Transcantábrica. Blanco, que constató que esa autovía es "muy importante" para el desarrollo de las dos comunidades, adelantó que su conclusión sufrirá un nuevo retraso de al menos un año. El anuncio que el ministro realizó durante el corte de cinta de un tramo de la autovía asturiana A-63, deja en papel mojado el objetivo que Blanco había refrendado en varias ocasiones en los últimos meses, de que el trazado completo de la Transcantábrica entraría en servicio a finales del 2011. En todo caso, antes de esa fecha debían estar operativos cuatro tramos que suman 20 kilómetros: Abadín-Castromaior y Castromaior-Touzas, cuya apertura estaba prevista para septiembre próximo, y Barreiros-Vilamar y Vilamar-Lourenzá, que se iba a inaugurar en diciembre. Ese calendario ministerial queda ahora en el aire. Pero la demora en la puesta en servicio de la Transcantábrica es sólo un anticipo del plan de reprogramación de obras que ultima Fomento como consecuencia del recorte de 6.400 millones de euros en la inversión en infraestructuras entre este ejercicio y el 2011.
El secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, ya trasladó el lunes al Gobierno de Feijoo que el ministerio está negociando con las constructoras el margen para realizar reajustes en tramos concretos de actuaciones en marcha. A falta de que el ministro concrete en el Congreso una relación de proyectos, en la que figura una autovía Transcantábrica que "seguirá siendo prioritaria", los recortes amenazan las conexiones de Lugo con Santiago (A-54) y con Ourense (A-56). Estas dos autovías, previstas para el período 2008-2010, sufrirían demoras añadidas. La conclusión de los 57 kilómetros que están en obras en la A-54 está prevista para el 2012, aunque los 32 del tramo Arzúa-Palas de Rei en ningún caso estarán listos antes del 2013. En la A-56, están en obras 9,7 de los 68,8 kilómetros de trazado. Esa parte en ejecución tiene como fecha de entrega el 2012, pero la autovía no podrá completarse antes del 2014. A pesar de que Morlán informó a la directora general de Infraestructuras de la Xunta, Isabel Vila, de que Fomento descarta una paralización generalizada de proyectos de la que quedarían excluidos los viales que aún no están en obras, el Gobierno de Feijóo teme por el futuro de otras autovías estratégicas para Galicia. Son los casos de la conexión Vigo y Pontevedra (A-57), que considera prioritaria para aliviar la congestión de la AP-9 en Rande; y de la tercera salida hacia la Meseta por Ponferrada (A-76). En principio, esa ampliación de la AP-9 en Rande y en la circunvalación de Santiago quedará a salvo de los ajustes que prepara Fomento. Las obras que Blanco presentó en abril supondrán una inversión de 272 millones para erradicar dos cuellos de botella de la vía de pago. Entre los colaboradores de José Blanco se trabaja contra reloj para comprobar qué se recorta y qué se mantiene...