Actualizado 01/11/2010 13:00

José Cavero.- Un horizonte sin violencia

MADRID, 1 Nov. (OTR/PRESS) -

Pese a las insistentes recomendaciones de que conviene mantener la cautela y no lanzar campanas al vuelo antes de tiempo, no hay duda de que, como este domingo ha explicado un trabajo del diario Público, Euskadi comienza a vislumbrar un horizonte sin violencia. Según se describe, los partidos, los sindicatos, las instituciones, el mundo empresarial y hasta la propia Iglesia vasca, han empezado ya a fijar su postura ante la eventual apertura de una nueva fase que conduzca a la pacificación y la normalización política. Todo ello sucede, eso sí, entre llamamientos a la cautela habida cuenta de la frustración que generaron los tres procesos de paz anteriores.

Al mismo tiempo, se informa de que Urkullu revela que habló de presos etarras con Rubalcaba. Y el peneuvista Joseba Egíbar, se supone que bien informado sobre la situación, opina que "esta vez sí tienen visos de ser la buena y la auténtica oportunidad para conseguir la paz. Añade Egíbar que Zapatero va en la buena dirección, y espero que pase de las palabras a los hechos, lo que añade un poco más de "morbo" a la situación: ¿Qué hace Zapatero, o qué le queda aún por hacer para completar la faena que de él se espera? Volvemos al trabajo de Público, en que se insiste en la primera de las ideas expuestas: El nivel de escepticismo es elocuente en los mensajes acerca de la disposición que pueda tener ETA para anunciar un cese definitivo, no ya sólo por la exigencia perenne de las fuerzas políticas y las instituciones, sino también por la nueva estrategia aprobada por las bases de la izquierda abertzale a favor de seguir vías exclusivamente políticas y democráticas, desde el convencimiento de que la lucha armada no le permite avanzar en la consecución de sus objetivos.

Los mediadores constatan que hay avances con ETA, pero no definitivos... Y en esta coyuntura, se ha abierto un compás de espera ante lo que pueda decir ETA en su próximo comunicado, que podría conocerse antes de fin de año o, incluso, el próximo mes. La petición que ha recibido es clara: abrir un alto el fuego unilateral, permanente y verificable. Así lo exigen las personalidades internacionales firmantes de la Declaración de Bruselas y el mediador surafricano Brian Currin, para dar nuevos pasos. Pero también se lo pide la izquierda abertzale en alianza con las fuerzas que suscribieron el Acuerdo de Gernika: Aralar, EA, Alternatiba, AB (del País Vasco francés) y el sindicato LAB. El valor del pacto es que refuerza aún más esa petición, pues le demanda a ETA que abra ese alto el fuego "como expresión de voluntad para un definitivo abandono de su actividad armada".

Se asegura en fuentes del entorno de Currin conocedoras del debate interno que hay en ETA, que la organización armada "está más dispuesta que hace unos meses a aceptar la estrategia y el mandato de la izquierda abertzale, incluso la petición hecha en la Declaración de Bruselas y en el Acuerdo de Gernika. Lo deseable sería que hubiera una respuesta en ese sentido antes de Navidad, pero lo cierto es que aún queda un largo recorrido por hacer para que asuma esa petición". En cualquier caso, la apertura de un alto el fuego unilateral, permanente y verificable abriría un nuevo escenario en Euskadi. Y todas las fuerzas vascas se preparan ya ante esa eventualidad, sin dejar de seguir los pasos de la izquierda abertzale en su apuesta por las vías políticas. Un dirigente de la formación abertzale que cita Público lo explica con estas palabras. "Las claves del proceso están en la publicación Zutik Euskal Herria, en el que 7.000 militantes toman el timón del barco y hacen la apuesta por las vías exclusivamente políticas", dice, convencido además de que ETA cumplirá este mandato y abrirá un alto el fuego en las condiciones requeridas. Un año después del encarcelamiento de Arnaldo Otegi, Rafa Díez, Sonia Jacinto, Miren Zabaleta y Arkaitz Rodríguez, cuando preparaban el documento base para la actual estrategia política, la izquierda abertzale tiene ya la confianza de EA, Aralar, Alternatiba y AB para tratar de impulsar en bloque un proceso de paz y generar una movilización social que obligue al Gobierno a resituarse. El coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, y el secretario general de EA, Pello Urizar, están convencidos de que así "obligarán a moverse" al Ejecutivo.

Se da también la circunstancia de que si ETA anunciase un alto el fuego unilateral, permanente y verificable, los mediadores internacionales tocarán la puerta del Gobierno para que responda "debidamente" a esa tregua y favorezca la paz definitiva. Hoy por hoy, el Ejecutivo de Zapatero y el Gobierno vasco consideran que hay que modular el mensaje hacia Batasuna para alentar su alejamiento de la violencia, pero sin alterar "ni un ápice" la estrategia. "O ETA deja la violencia o Batasuna deja a ETA", insiste Rubalcaba casi a diario.

Pero observa seguidamente que el PP es el único partido en Euskadi que amenaza con torpedear el diálogo. El PNV tampoco muestra un optimismo desmedido ante la decisión que pueda tomar ETA, pero espera que a la postre acepte la petición de los mediadores con el anuncio de un alto el fuego unilateral, permanente y verificable. El partido nacionalista está al margen del Acuerdo de Gernika, pero cree igualmente que, llegado a ese punto, el Gobierno también deberá mover ficha. Su presidente, Iñigo Urkullu, que durante los últimos meses se ha reunido varias veces con Zapatero y ha mantenido con él "muchas horas" de conversaciones telefónicas, confía en que el Gobierno responda recíprocamente al respaldo del PNV para agotar esta legislatura haciendo una apuesta decidida por la paz. Y son tres las peticiones que el PNV hará a Zapatero si ETA anuncia una tregua en esos términos: que se implique en la verificación de ese eventual alto el fuego, que dé luz verde al partido que presente la izquierda abertzale si cumple los requisitos legales y que flexibilice la política penitenciaria.

En Euskadi, a ningún partido se le escapa que el Gobierno y también el Ejecutivo de Patxi López pueden tener serias dificultades si realizan cualquier movimiento. El PP dio el viernes buena prueba de hasta dónde está dispuesto a llegar en su campaña de acoso, tanto a la Moncloa como a Ajuria Enea. La filtración de un eventual encuentro entre el PSE y la izquierda abertzale le bastó para amenazar con romper su pacto con Patxi López. En cualquier caso, si hay un alto el fuego de ETA en los términos señalados y el PP vasco persiste en esa estrategia, nadará contra corriente entre el resto de partidos vascos. EB la marca de IU en Euskadi también volvió a significar ayer que apuesta por el "diálogo" para lograr la paz.